lunes, noviembre 13

LA PRINCESA AIKO EN SU PRIMERA CEREMONIA OFICIAL


A pocas semanas de cumplir cinco años la joven Princesa se vistió el tradicional kimono.

Aún no tiene cinco años, los cumplirá el próximo día 1 de diciembre, y la princesa Aiko acaba de vivir su primer acto oficial.

Y es que el que no vaya a convertirse en emperatriz tras perder la línea sucesoria a favor de su primo recién nacido, no significa que no vaya a seguir representando a la casa imperial japonesa y eso, aunque tengas cuatro años, acarrea una serie de obligaciones.Pero en esta su primera ceremonia oficial seguro que la bella princesa Aiko se lo ha pasado estupendamente ya que, seguramente, para ella ha sido un juego el participar en la tradición del Chakko-no-gi, una ancestral costumbre dentro de la familia real japonesa y que se utiliza para desearle buena salud a la pequeña.

Dicho ritual consistió en vestir a la pequeña Princesa con el tradicional traje japonés, el kimono.Contemplada por sus padres los príncipes Naruhito y Masako durante todo el acto, la pequeña fue vestida con una falda larga rojo oscuro y una capa del mismo color. Al conjunto se le cubría con otra especie de capa de color rojo brillante y bordados en oro. Más tarde, a la pequeña Aiko le cambiaron esta última prenda por otra rosa.Aiko, hija del heredero al trono japonés ha sido una niña que, nada más nacer, fue centro de atención de los medios de comunicación al ser la única hija y no haber varones, lo que la convertiría si se hubiese producido un cambio en la ley sucesoria en la futura Emperatriz. Una posibilidad que prácticamente ha desaparecido tras el nacimiento de su primo, el primer hijo varón de su tío el príncipe Akishino.
Fuente:Hola!

San Gil estrena escudo en su VII aniversario

PLASENCIA-La entidad local menor está representada por una cierva a la que atraviesa una flecha El Ayuntamiento ha organizado una fiesta para recibir esta pieza que avala su identidad.


San Gil ha estrenado escudo en el séptimo aniversario de su constitución como entidad local menor. El diseño es obra de Abelardo Muñoz Sánchez, diplomado en Heráldica, y luce en un cuadro de azulejos sobre la fachada del Ayuntamiento, donde también ondea la bandera con el mismo motivo.

Las figuras que identifican al pueblo son una cierva atravesada por una flecha, sobre la que aparecen una torre plateada flanqueada por un castaño y un pino, mientras, sobre todo ello, se alza la corona española, con el fin de diferenciar el escudo municipal de los que representan a la nobleza.

Este estreno ha vestido de fiesta San Gil, un lugar del que los jóvenes no se marchan y que, al contrario, cada año va recibiendo a más familias placentinas que lo eligen como lugar de residencia.

En los últimos cuatro años se han construido alrededor de 60 viviendas y el consistorio acaba de vender terreno para seguir con esta tarea. «Casa que se pone a la venta, casa que se vende al día siguiente», asegura Blas Raimundo, el alcalde de esta entidad que hace siete años aprobó tener más independencia con respecto a Plasencia. Hasta entonces funcionaba como un barrio más de la capital del Jerte. «Pero para ser considerados de esta manera estábamos demasiado lejos». Con la nueva identificación municipal, el equipo de gobierno placentino sigue dando el visto bueno a cuestiones como las modificaciones urbanísticas del pueblo, pero es el Ayuntamiento sangileño, que también elabora sus propios presupuestos, el que proyecta directamente esos cambios.

Son solamente dos ejemplos de la autonomía que permite el hecho de que San Gil tenga identidad propia, algo que también les permite un acceso directo a las administraciones públicas, como la Junta y Diputación.Y lo cierto es que el esfuerzo hecho desde la pequeña administración local se advierte nada más entrar en el pueblo, desde la carretera que lleva a Coria.

No hay ni un papel en la calle, los contenedores están impecables y las flores lucen al pie de las fachadas que están siempre blanqueadas; en medio de tanta tranquilidad no hace falta siquiera la vigilancia de la policía, que según cuenta el alcalde, «solamente viene en las fiestas, para dar una vuelta».¿Cuál es el secreto de tanto orden? Raimundo cree que no es otro que «hablar mucho del pueblo a la gente del pueblo, para que lo sientan como algo propio que hay que cuidar. Lo hacemos desde que los vecinos son pequeños y ahí están los resultados.

Ni rompen farolas, ni bancos, ni papeleras; la gente no tira las cosas al suelo y, en definitiva, lo cuida porque siente que es su casa».Pues en medio de esa pequeña gran casa se ha vivido este fin de semana toda una fiesta. Empezó el viernes por la noche, con la presentación del escudo y continuó ayer, desde el mediodía, con matanza y charanga. Los vecinos estaban contentos, orgullosos de los colores rojo, amarillo y verde que lucen en su escudo, una pieza que ha servido para ratificarles en su identidad.
Fuente:Hoy Digital

"Los Reyes deberían ir más a lugares alejados como Canarias".Sabino Fernández Campo EX JEFE DE LA CASA DEL REY


Sabino Fernández Campo (Oviedo, 1918) estuvo durante muchos años al frente de la Casa del Rey, desde donde fue protagonista activo y a la vez espectador privilegiado de los principales cambios que ha experimentado España tras la llegada de la democracia. El pasado jueves intervino en el ciclo de conferencias organizado por el Parlamento canario con motivo de los cien años de primera visita real. Al día siguiente acudió a Radio El Día, donde se le realizó una entrevista cuyo extracto sigue a continuación.

-Estamos viviendo tiempos revisionistas. La moda es volver a reescribir algunas cosas. Usted ha dicho estos días que eso podría resucitar viejos odios y rencores.

-Creo que no hay que olvidar. Al contrario, tenemos que tener presente lo sucedió para no volver a caer en ello, pero esta especie de resurrección de lo que sucedió y no fue agradable, porque una guerra civil, lo que dio lugar a la guerra civil y las consecuencias de la guerra civil no es agradable, es resucitar viejos odios que estaban superados. El ejemplo de la transición fue que todos los partidos, las personas, los políticos, supieron renunciar a parte de sus ideas, de sus propósitos o de sus planes para acomodarse a los demás, y de esa manera se logró salir adelante, se llegó al consenso y se redactó una constitución. Hay quien dice lo contrario, que hay que lavar por completo las heridas. Yo creo que si están cerradas hay que dejarlas que cicatricen del todo.

-Los que vivimos aquellas discusiones sobre la Constitución tenemos la impresión de que hoy en día no serían posibles, que somos más intransigentes.

-Esa impresión negativa la tengo yo también, y la temo. En aquellos momentos primaba el miedo a repetir lo que estaba bastante reciente. Todavía mucha gente había hecho la guerra, conocía las consecuencias, las penalidades, las desgracias, y el miedo a que se repitieran influyó muchísimo para que se llegara a esos consensos y a esos acuerdos, a renunciar a algunas ideas propias en beneficio de unirse a las de los demás, y eso quizás ahora no pasaría. Han transcurrido ya generaciones que ignoran aquello y que, si lo recuerdan, es por versiones quizás partidistas, que no recuerdan lo que ocurrió y lo que se consiguió con aquel consenso.

-Usted hablaba anoche del papel que tiene la Casa Real en los asuntos de la actualidad. Aquí, no hace mucho, el presidente del Gobierno de Canarias decía que iba a apelar a la Casa Real por el tema de la inmigración, porque veía que nadie le hacía caso, y le recriminaron que la Casa Real no estaba para eso.

-Yo creo que está para eso y para todo, pero en la medida de sus posibilidades y de las facultades que la Constitución le concede. El prestigio, la figura simplemente del Rey, el hecho de que tenga un pasado en el que su actuación fue eficaz, hace que ahora también tenga que seguir siéndolo. No puede inhibirse de los problemas. Al contrario, creo que ese poder moderador que es, diríamos, gaseoso, difuso, porque no se dice en qué consiste exactamente, tiene tal amplitud que es ahí donde radica su importancia. El velar por el regular funcionamiento de las instituciones exige contactos, conversaciones, gestiones, y yo no sé si, como muchas veces no son públicas, se realizan o no, pero lo que sí creo decididamente es que deben realizarse.

-Hay momentos cruciales en los que se especula con qué opina el Rey sobre un determinado asunto, como ahora, cuando hemos tenido problemas territoriales con algunos estatutos de afán casi independentista. ¿Usted cree que son los momentos de oírlo?

-Yo creo que son los momentos no de conocer su opinión, que yo creo que tenemos que saber cuál es porque conocemos el pensamiento del Rey y piensa en España por encima de todo, sino que lo que quisiera es que se supiera un poco qué es lo que hace para que esos pensamientos, que tienen que ser correctos, no lo dudo en ningún momento, puedan influir en los que llevan a cabo la política ejecutiva de cada día.
-¿Ha llegado el momento de reformar la Constitución?

- Creo que no corre demasiada prisa porque no sabemos hasta dónde se puede llegar con esa reforma, y además porque exige unos trámites muy complicados. Hay que estudiar con mucho detenimiento cuál debe ser el momento adecuado, sin prisas, sin precipitaciones. Los trámites que establece la Constitución son complicados y podrían originar revisiones más amplias de las que se pretende. Por lo tanto hay que meditarlo mucho, y tiene importancia también lo que suceda con el nuevo parto de la Princesa Letizia. Si es una niña todavía hay más tiempo. Es una cosa de mucha meditación y en la que el Rey tiene que estar implicado. No hay duda. Le tiene que interesar muchísimo y por lo tanto el que se supiera que hay una opinión, un criterio, no estaría de más.

-Entonces sería mejor esperar.

-Mi idea es meditarlo mucho, estudiarlo mucho, asesorarse mucho, estudiar la Constitución con detalle y las consecuencias que pueda tener, pero no decir "hay que hacerlo ya, hay que hacerlo ya". Habrá que hacerlo ya si se decide así porque se considera que es lo más conveniente.

-Sobre todo porque estamos hablando de un aspecto muy importante, que es la imagen de la Casa Real, que en este momento se sigue preservando gracias a que no ha entrado en los derroteros en los que han entrado otras casas reales europeas.
-Efectivamente. Creo que en una monarquía parlamentaria lo que más importancia tiene, aparte de esa función un poco soterrada, pudiéramos decir, pero que tiene que realizar, es la imagen, la ejemplaridad, lo que vemos.

-Me gustaría hablar de algunos acontecimientos del pasado, como el 23-F. En Canarias se especuló mucho con la postura ambigua del general González del Hierro, en aquel momento capitán general. ¿Es eso cierto?

-Aquella noche fue muy complicada. El Rey realizó una gran labor y todo el mundo lo admitió así. Habló con todos los capitanes generales. El hecho de que la Constitución le encomiende el mando supremo de las Fuerzas Armadas me parece que tiene poca importancia efectiva, porque hay leyes, como la ley orgánica de la defensa, que realmente todas las competencias en materia militar se las encomienda al presidente del Gobierno. Al Rey le queda una figura un poco indeterminada en esa jefatura, pero precisamente el 23 de febrero, con el presidente del Gobierno y el Gobierno secuestrados, por así decirlo, en el Congreso, el Rey ejerció el mando a través de los capitanes generales, habló con todos y todos le obedecieron a ciegas.

-¿Incluido el de Canarias? ¿No hubo ninguna ambigüedad?

-No hubo en ninguna parte. Hubo dudas, como es lógico, en todos, porque no se sabía que iba a pasar. Hubo figuras en el 23-F que precisamente por la proximidad al Rey, por la lealtad demostrada al Rey durante muchos años, se podía pensar que estaban actuando en nombre del monarca, y eso dio lugar a confusiones, a complicaciones y a dudas por parte de algunos capitanes generales que antes de hablar con el Rey no sabían qué estaba pasando, pero creo que el Rey lo aclaró todo, cursó las órdenes oportunas y le obedecieron ciegamente.

-Hubo un momento de cierta incertidumbre, cuando el mensaje del Rey no llegaba. Hoy se sabe que existieron muchas dificultades.

-Fue complicado. Desde el primer momento el Rey quiso dirigirse al país y tranquilizarlo, decir cuál era su posición, pero la televisión estaba ocupada. Yo mismo hablé con el director general de Televisión y noté que no podía hablar. Entonces le pregunté si aquello estaba ocupado, me dijo que sí y se hicieron las gestiones desde Zarzuela con el jefe de la unidad que estaba en Televisión para que la retirara. Todo eso llevó tiempo. Luego se tuvo que trasladar un equipo desde Televisión a La Zarzuela, con sus inconvenientes, y montarlo todo para que el Rey hablara. Es lógico que se pensara con cierta sospecha por qué se había tardado tanto, pero la explicación era clara.

-Hoy, como se reescribe todo, se habla de si esperaba a ver si triunfaba aquello.

-No, no, en absoluto. Desde el primer momento la decisión estaba tomada, no fue una espera.

-Los reyes están vinculados a otro Archipiélago, al Palacio de Marivent, barcos, ocio... Hay quien reclama que miren también hacia otro lugar. En Canarias, por ejemplo, hace mucho alguien lanzaba la idea de intentar atraer al Príncipe con algo parecido. ¿Eso sería posible?

-Yo no se si es posible, pero conveniente sí sería. Creo que deben distribuirse un poco para atender a toda España, para demostrar su interés. En Asturias ahora también pretenden que el Príncipe de Asturias tenga allí una casa . No deberían centrarse exageradamente en un sitio, sino demostrar que son reyes de toda España.

-¿Ese pensamiento más abierto es el que le lleva a ser hoy poco consultado por la Casa Real?

-No lo sé. Yo a lo mejor durante el tiempo que estuve en la Casa di algún consejo desagradable, pero la lealtad exige eso. Exige no decir siempre lo que quiere oír el aconsejado, sino lo que el que aconseja considera que es prudente y considera que es beneficioso para el que recibe el consejo.

-En Canarias algunas veces nos podemos sentir casi olvidados.

-Pues es necesario demostrar que no están olvidados. Yo hice un viaje con los Reyes a Canarias que resultó muy brillante y satisfactorio para ellos. No es que la tengan olvidada, pero deberían esforzarse en hacer acto de presencia en la mayor parte de los sitios de España, sobre todo en los que están más alejados para demostrar que lo están en la distancia, pero no en el pensamiento.

-¿Qué hace ahora, una vez retirado?

-Doy alguna conferencia de vez en cuando, y procuro superar una depresión muy grande que he tenido y sigo teniendo. Se me han muerto dos hijas en el plazo de dos meses y tengo a otra en una situación grave, de manera que sólo con superar eso y lograr mantenerme ya es bastante.
Fuente:eldia.es

Imperial desde 1156

Muchas veces, quizá demasiadas, historia y leyenda unen sus recuerdos hasta distorsionar la realidad. Suele ocurrir con más frecuencia de lo habitual en aquellas ciudades o regiones en las que, además de atesorar un pasado rico en acontecimientos y patrimonio, la investigación seria y rigurosa no se ha prodigado en demasía. Es el ejemplo de Santa María de Palacio, la Imperial iglesia a la que la tradición popular vinculaba su título nobiliario al emperador Carlos V.


Pero la historia, desprovista de toda leyenda, sitúa ahora cuatro siglos antes la concesión del rango Imperial. Acaba de publicarse el libro titulado La Orden del Santo Sepulcro en Logroño, obra de María Teresa Álvarez Clavijo, doctora en Historia del Arte e investigadora asociada del Instituto de Estudios Riojanos.

El libro ha sido editado por el Centro de Estudios de la Orden del Santo Sepulcro y es el tercer título de esta colección que ya ha investigado la basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén y la vida de doña Marquesa Gil de Rada, fundadora de las Canonesas del Santo Sepulcro de Zaragoza.

La capital de La Rioja fue un centro de poder de la Orden del Santo Sepulcro durante la Edad Media, influencia que obligó a construir una nueva iglesia. Este proyecto que se vio favorecido por la donación que el rey Alfonso VII realizó en el año 1156.«Desde entonces -explica la autora- Santa María de Palacio recibió el título de Imperial y se acogió dentro del grupo de edificios que se encontraban bajo Patronazgo Real y otros privilegios de tipo económico que fueron confirmados posteriormente por otros monarcas, incluso por el emperador Carlos V cuando entró en el templo, el 13 de febrero del año 1520».

Durante más de cuatrocientos años -desde la segunda mitad del siglo XII hasta 1572- convivieron dos iglesias independientes entre sí. Por un lado estaba el templo que regentaban los frailes del Santo Sepulcro, conocido como Santa María la Vieja y, por el otro, una nueva edificación, gestionada por sacerdotes diocesanos, llamada Santa María la Nueva, que es la que corresponde a la actual Iglesia de Palacio.

Hasta su desaparición Santa María la Vieja ocupaba lo que ahora es el patio del claustro de Palacio.

Capilla de la Antigua
El siglo XVI fue determinante, no sólo para el futuro de la parroquia sino también para la Orden. El prior Juan de Vergara favoreció una nueva ampliación de la iglesia y en su testamento, fechado el 20 de junio de 1509, ordenó ser enterrado allí. Gracias a este documento sabemos que la sepultura, que hoy en día se conserva, fue realizada con piedra arenisca y estaba policromada.

El enterramiento está formado por un arco excavado en el muro que cobija la cama sepulcral sobre la que reposa el yacente. Este importante vestigio de la Orden del Santo Sepulcro puede contemplarse en la denominada Capilla de la Antigua.Pese al poder que la orden atesoraba a finales del siglo XV, cuando falleció el prior Juan de Vergara la iglesia de Santa María la Nueva y sus clérigos fueron imponiendo su criterio hasta que, a lo largo del siglo XVI, desapareció prácticamente. Santa María la Vieja fue degradándose paulatinamente y, en años posteriores, se diluyó entre Santa María de Palacio y las constantes obras de reforma, la última de ellas en el año 2005.

Fuente:larioja.com

Huerta a la sombra de la torre templaria

El Ayuntamiento de Mombuey destinó 500 euros a premios para las 10 categorías de productos en la feria, con gran afluencia de visitantes.
Al acto de entrega de premios asistieron los miembros de la Corporación de Mombuey, con su alcalde a la cabeza, Francisco Antón Rapino; el subdelegado del Gobierno, Carlos Hernández; los jefes de los Servicios de Cultura, Industria y Sanidad la Junta, Elvira Fernández, José Bahamonde y Juan Emilio Antón, respectivamente; la parlamentaria nacional Elvira Velasco y el diputado provincial José Luis Bermúdez.

El subdelegado del Gobierno agradeció que «un Ayuntamiento tan pequeño como el de Mombuey respeta el protocolo y permite que el representante del Gobierno en la provincia participe en la entrega de premios, cosa que no hace el ayuntamiento de Zamora, que en un acto oficial (en alusión a la conmemoración de los 75 años del sufragio femenino) no se nos invita a entregar premios, se nos coloca en un sitio apartado del resto de autoridades y no nos recibió el alcalde (Antonio Vázquez). Tuve que esperar fuera con el representante del Obispado, y al final no nos recibió. Cada partido paga su propaganda electoral, no las instituciones».
Fuente:nortedecastilla.es

Unos ex presidents sin ningún privilegio añadido

Ni pensión ni sueldo ni chófer. Ni siquiera mantienen el tratamiento oficial de 'president'. El único reconocimiento que han recibido hasta la fecha quienes en su día presidieron la Comunitat Autònoma o el Consell General Insterinsular es la Medalla d'Or de la Comunitat que les entregó Jaume Matas a principio de este año. Se trata, por orden cronológico de Jeroni Albertí, Francesc Tutzó, ambos presidents del Consell General Insterinsular, y Gabriel Cañellas, Cristòfol Soler y Francesc Antich.La Comunitat no tiene una ley que regule el tratamiento que debe darse a los ex presidentes.

No cobran un sueldo y no tienen derecho a una pensión. No sucede lo mismo con los ex presidentes del Gobierno central, figura que sí está regulada en una ley. Tanto Adolfo Suárez, como Felipe González y José María Aznar perciben una pensión vitalicia. Los tres primeros años es del cien por cien de su sueldo y, el resto de sus vidas del 80 por ciento.

La pensión vitalicia no es el único privilegio que tienen los ex presidentes de Gobierno por razón de su cargo. Disfrutan además de un status especial con beneficios como gastos de oficina con cargo a los presupuestos generales del Estado, coche oficial con chófer y guardaespaldas, dos funcionarios a su servicio, viajes gratis en las compañías regulares del Estado y apoyo de las embajadas cuando se encuentran en algún país del extranjero. En el caso de los ex presidents de la Comunitat, al no haber una ley que lo regule, no disfrutan de ninguna de estas ventajas.

Más allá de las cuestiones económicas, uno de los aspectos más peliagudos de la situación de Albertí, Tutzó, Cañellas, Soler y Antich es el tratamiento que reciben en los actos oficiales. Son figuras no reguladas por el protocolo, a quienes ni corresponde el tratamiento de 'president'. Extraoficialmente, y como norma de cortesía, se les sigue llamando president aunque no esté regulado. En el caso del Gobierno central, la ley sí que les permite mantener el tratamiento de presidente de por vida. Ello significa que son presentados con este cargo en los actos oficiales a los que son invitados.

En otras comunidades autónoma, la figura del ex presidente está regulada. Los casos más claros son los de Cataluña y Galicia. Cuando Pasqual Maragall deje el cargo, no sólo mantendrá el tratamiento de 'president' sino que, durante dos años, percibirá el 80 por ciento de su sueldo actual. Otro tanto cabe decirse de Manuel Fraga. Al margen de que nadie se atreva a discutirle el tratamiento, lo mantiene por ley. Y junto a él, el 60 por ciento de su sueldo como responsable de la Xunta de Galicia.


Fuente:Última Hora Digital