sábado, julio 14

Caótico protocolo en un desembarco de ministros que cautivó a un Abel Caballero radiante

Demasiadas gallinas para tan poco corral. Eso debieron pensar los servicios de protocolo que ayer confluyeron en la Estación Marítima del Puerto de Vigo. Por un lado, Moncloa; por otro, la Xunta; y como anfitrión, el Concello de Vigo con un Abel Caballero que ayer no cabía en el traje. El alcalde olívico ejerció de perfecto «cicerone», aunque ni Zapatero ni sus ministros pusieran un pie fuera de los actos oficiales. Los curiosos que se agolpaban a la entrada de la dársena de A Laxe, junto a los mineros de Serrabal, se quedaron con un palmo de narices. Caballero no se separó ni un instante de la vicepresidenta Fernández de la Vega, la única que apostó por los colores claros -blanco y celeste- en un día de duro calor. Los demás, de oscuro.
Mientras Zapatero y Touriño se reunían, a los demás les tocó esperar frente al buque oceanográfico. Los primeros, Fernando Blanco y Anxo Quintana. Tras ellos, los conselleiros socialistas de Pesca, Política Territorial y Educación. Por la puerta grande, los ministros. Hasta seis se desplazaron a Vigo, entre ellos tres de los cuatro «remodelados» la pasada semana: Carme Chacón (Vivienda), Bernat Soria (Sanidad) y la «recolocada» Elena Salgado (Administraciones Públicas). Joan Clos, Mercedes Cabrera y De la Vega completaban una comitiva que tras besos y abrazos diversos formó ordenadamente junto a la escalerilla del «Sarmiento de Gamboa» para recibir a los presidentes. Momento para broncearse.
Arriba, en la terraza, una jovial Dolores Villarino, a quien el protocolo «olvidó» como presidenta del Parlamento de Galicia y segunda figura institucional de la Comunidad después de Emilio Pérez Touriño. Junto a ella, destacadas personalidades de la empresa y la banca, como el consejero delegado de Pescanova, Alfonso Paz Andrade, o el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez. Tras los discursos, Zapatero y compañía disfrutaron de un vino en un apartado, probaron la empanada y al avión de vuelta a Madrid. Vamos, que pudo haber ido a Vigo o a Calatrava.
Fuente:ABC

La simbología cristiana llena los escudos de la mayoría de los clubes de fútbol

- La imagen actual del escudo del Barça lleva en su cuarto superior izquierdo la emblemática cruz roja de líneas rectas de «Sant Jordi», que junto a las cuatro barras, es el elemento más representativo de Barcelona y Cataluña.
- En el centro del escudo se encuentra la cruz fundacional de Santa Cruz de Tenerife, que da nombre a la ciudad, y detrás de ella asoma la espada de la Orden de Santiago, de color rojo, que atraviesa una de las cabezas de león.
- El escudo del Athletic luce dos cruces con forma de aspa que corresponden a la cruz de San Andrés. Este tipo de ornamentación es muy frecuente en la heráldica vasca y, de hecho, el escudo de Vizcaya lleva también estas cruces.
- El escudo lleva las tres figuras que aparecen en el propio escudo de la ciudad: San Fernando, San Isidoro y San Leandro. El primero, situado en el centro, lleva corona y espada, mientras que los otros dos portan mitra y báculo.
- El escudo del Getafe no sólo es uno de los clubes de fútbol que lleva un elemento religioso, sino que además es una de las imágenes más peculiares: el Sagrado Corazón de Jesús. El motivo de este elemento cristiano se debe al Cerro de los Ángeles, donde se erige un monumento a la devoción del Sagrado Corazón. Los aviones de la derecha hacen alusión a la base aérea de Getafe.
- Como no podía ser de otra manera, el escudo del Celta de Vigo está rodeado por la cruz alargada y roja de Santiago. Sin embargo, no siempre fue así. Al principio sólo llevaba el escudo en sí, en aquel momento de color rojo.
- El escudo del Ciudad de Murcia rinde su particular homenaje a la iglesia catedral de Santa María, con la representación de su torre-campanario en la parte derecha de la imagen. Éste el principal templo catedralicio de la región de Murcia.
Fuente:La Razón