Un nuevo libro de próxima publicación en el Reino Unido recoge las meteduras de pata más destacadas del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II, conocido por su rápido ingenio y frecuentes comentarios fuera de tono. 'Duke of Hazard: the wit and wisdom of prince Philip', de Phil Dampier y Ashley Walton, que recopila anécdotas de los últimos 60 años, no ha causado muy buena impresión al secretario privado del príncipe, Miles Hunt-Davis, que asegura que los extractos no son "indicativos de su personalidad" publicó ayer 'The Sunday Times'.
Nacido en Corfú en 1921, el príncipe Felipe, a punto de cumplir 85 años, fue bien acogido por los británicos cuando se casó con la futura reina Isabel II, pero, según el periódico, desde el principio los cortesanos se preocuparon por su tendencia a expresar sus opiniones sin tapujos.
El nuevo libro cuenta cómo en 1963, representando a la soberana en una ceremonia por la independencia de Kenia del Reino Unido, se dirigió al nuevo dirigente del país, Jomo Kenyatta, justo antes de que se arriara la bandera británica, y le espetó:
"Seguro que quiere hacer esto?"
Son conocidas sus alusiones, consideradas xenófobas, a los ojos «como ranuras» de los chinos, las «barrigotas» de los húngaros y al «pijama» que supuestamente visten los nigerianos.
En un festival en Cardiff (Gales), le presentaron a un grupo de jóvenes de la Asociación Británica de Sordos, que estaban junto al escenario en que tocaba un bullicioso grupo caribeño, comentó:
"¿Sordos? Junto a esa banda, no me extraña que estéis sordos".
Los patinazos principescos han bordeado la mala educación: en una ocasión, un turista sueco le saludó al paso de su carroza y le contó orgulloso que su hija cumplía ese día seis años: "¿Y qué?", contestó el príncipe, provocando el llanto de la pequeña.
Según el libro, dijo una vez que cuando un hombre abre la puerta del coche a una señora,"o tiene coche nuevo o mujer nueva".
En una fiesta organizada en Londres por la oficina de la Commonwealth (la mancomunidad de ex colonias y protectorados del Reino Unido), Felipe se dirigió a un sonriente invitado negro y le preguntó:
"¿De qué exótico lugar del mundo procede usted?".
El interlocutor, que resultó ser Lord Taylor de Warwick, le respondió:
"Soy de Birmingham (ciudad del centro de Inglaterra)".
El último jugoso comentario se ha conocido este mismo fin de semana cuando aseguró que las ceremonias olímpicas "son un fastidio", y que, en los Juegos de 2012 en Londres, él y la reina planean hacer "lo mínimo posible".
Fuente:Periodista Digital
Nacido en Corfú en 1921, el príncipe Felipe, a punto de cumplir 85 años, fue bien acogido por los británicos cuando se casó con la futura reina Isabel II, pero, según el periódico, desde el principio los cortesanos se preocuparon por su tendencia a expresar sus opiniones sin tapujos.
El nuevo libro cuenta cómo en 1963, representando a la soberana en una ceremonia por la independencia de Kenia del Reino Unido, se dirigió al nuevo dirigente del país, Jomo Kenyatta, justo antes de que se arriara la bandera británica, y le espetó:
"Seguro que quiere hacer esto?"
Son conocidas sus alusiones, consideradas xenófobas, a los ojos «como ranuras» de los chinos, las «barrigotas» de los húngaros y al «pijama» que supuestamente visten los nigerianos.
En un festival en Cardiff (Gales), le presentaron a un grupo de jóvenes de la Asociación Británica de Sordos, que estaban junto al escenario en que tocaba un bullicioso grupo caribeño, comentó:
"¿Sordos? Junto a esa banda, no me extraña que estéis sordos".
Los patinazos principescos han bordeado la mala educación: en una ocasión, un turista sueco le saludó al paso de su carroza y le contó orgulloso que su hija cumplía ese día seis años: "¿Y qué?", contestó el príncipe, provocando el llanto de la pequeña.
Según el libro, dijo una vez que cuando un hombre abre la puerta del coche a una señora,"o tiene coche nuevo o mujer nueva".
En una fiesta organizada en Londres por la oficina de la Commonwealth (la mancomunidad de ex colonias y protectorados del Reino Unido), Felipe se dirigió a un sonriente invitado negro y le preguntó:
"¿De qué exótico lugar del mundo procede usted?".
El interlocutor, que resultó ser Lord Taylor de Warwick, le respondió:
"Soy de Birmingham (ciudad del centro de Inglaterra)".
El último jugoso comentario se ha conocido este mismo fin de semana cuando aseguró que las ceremonias olímpicas "son un fastidio", y que, en los Juegos de 2012 en Londres, él y la reina planean hacer "lo mínimo posible".
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