lunes, noviembre 6

El medievo conquista el siglo XXI


El claustro del Monasterio de San Jerónimo volvió ayer a la época medieval de los cruzados y las órdenes de caballería. Largas capas blancas, birretes con plumas y la cruz roja de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén desfilaron por su claustro, en un cortejo de caballeros, pero del siglo veintiuno. La estampa, tan vistosa como poco común, se debió a la ceremonia del Cruzamiento que esta orden celebra desde el viernes en la capital granadina.

Dieciséis ingresos
La ceremonia ha servido para dar la bienvenida a dieciséis nuevos caballeros, una dama y un sacerdote, que entrarán a formar parte de una orden fundada hace diez siglos para defender los santos lugares.

Una reunión en el Monasterio de San Jerónimo que se convirtió en el momento culminante de dos días de encuentro.Por eso, antes de la misa en la que tendría lugar el ingreso, algunos de los padrinos que acompañarían a los nuevos miembros bromeaba un poco para romper la tensión. Las dificultades para andar con la capa, de varios metros de cola, era uno de los temas más recurrentes, aunque por supuesto sin quitar solemnidad al acto. «Esta es una ceremonia muy importante, y los neófitos suelen pasar muchos nervios», comentaba uno de los caballeros ordenado el año pasado, que seguía una tradición familiar.

«Es la culminación de un proceso muy largo», señalaba, en alusión al estudio del linaje que se suele hacer para formalizar la petición de ingreso y que se remite para su examen a la Santa Sede. A los neófitos y sus padrinos, los acompañaban también una representación de caballeros de los capítulos de otros países, a los que se les podía reconocer por algunas variaciones en el uniforme, sobre todo en cuanto a los sombreros.Miguel Orts, caballero de Alicante, explicaba las curiosidades de cada nacionalidad. El bicornio con pluma blanca, diferenciaba a un caballero italiano, de Nápoles. Otro representante francés, iba con la cabeza descubierta y el caballero inglés llevaba una boina, «que es la que llevan casi todos los países excepto España», señalaba el representante español.

Esta comitiva internacional cerraba el cortejo encabezado por el estandarte de la orden, acompañado de dos miembros de la orden en Granada que portaban las espadas que se habían velado el viernes en la Capilla Real.

Damas
Tras el estandarte, las damas vestidas de negro con velo y mantilla en el caso de las españolas. Destacaba entre ellas la presencia de la Duquesa de Franco, miembro de la orden. Durante la misa, que estuvo presidida por el Arzobispo de Granada, el gran prior del capítulo de Castilla y León de la orden, Monseñor Estepa, interrogó a los nuevos miembros y les impuso las espuelas, la espada y la cruz en el caso de los caballeros y el lazo con la cruz para las damas. Después de la solemne ceremonia, neófitos, padrinos y familiares celebraron el ingreso con una cena de gala.