AÚN están recientes las galas del Festival de cine. En ambas se utilizó el protocolo para situar a distintos participantes.
Cuando se habla de protocolo, se aplica estrictamente al ámbito oficial. No obstante, en la práctica cotidiana, cuando se organiza un acto, este implica un desarrollo que es lo que se entiende por «ceremonial», que ordena acciones y actores, estos últimos son siempre los invitados del anfitrión.
Las normas del denominado «protocolo-social» -no oficial- son claras: las precedencias entre los participantes (de honor), las establece el anfitrión «de acuerdo con su normativa específica, costumbres y tradiciones» (recogiendo el espíritu del artículo 6 del Rogpe que regula el protocolo oficial).
Así, pues, el Festival Internacional de Cine Independiente de Ourense, se considera un acto «no oficial», sino más bien «de carácter especial», consecuentemente, se tiene en cuenta el referido artículo. Lo que es lo mismo, el «ceremonial» del certamen ha estado correcto (protocolariamente) en todo momento, manteniendo sus preferencias de honor con los miembros del consorcio, el jurado, patrocinadores y otros invitados especiales vinculados con el cine.
Los demás invitados -entre ellos los políticos, representantes de otros estamentos oficiales de la sociedad ourensana- son invitados generales y se ubican en aquellos lugares que la organización tenga a bien reservar, sin más precedencias que la buena educación de cada uno. Más que nada para evitar malentendidos como sucedió en la ceremonia de apertura.
Fuente:La Voz de Galicia
Cuando se habla de protocolo, se aplica estrictamente al ámbito oficial. No obstante, en la práctica cotidiana, cuando se organiza un acto, este implica un desarrollo que es lo que se entiende por «ceremonial», que ordena acciones y actores, estos últimos son siempre los invitados del anfitrión.
Las normas del denominado «protocolo-social» -no oficial- son claras: las precedencias entre los participantes (de honor), las establece el anfitrión «de acuerdo con su normativa específica, costumbres y tradiciones» (recogiendo el espíritu del artículo 6 del Rogpe que regula el protocolo oficial).
Así, pues, el Festival Internacional de Cine Independiente de Ourense, se considera un acto «no oficial», sino más bien «de carácter especial», consecuentemente, se tiene en cuenta el referido artículo. Lo que es lo mismo, el «ceremonial» del certamen ha estado correcto (protocolariamente) en todo momento, manteniendo sus preferencias de honor con los miembros del consorcio, el jurado, patrocinadores y otros invitados especiales vinculados con el cine.
Los demás invitados -entre ellos los políticos, representantes de otros estamentos oficiales de la sociedad ourensana- son invitados generales y se ubican en aquellos lugares que la organización tenga a bien reservar, sin más precedencias que la buena educación de cada uno. Más que nada para evitar malentendidos como sucedió en la ceremonia de apertura.
Fuente:La Voz de Galicia
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