jueves, diciembre 21

La imagen de las fiestas

Se acerca la fecha de la Navidad, y por ese motivo a modo de reflexión he pensado ¿existe la imagen de las fiestas?

En realidad los tiempos que corren y la sociedad en la que nos toca vivir, a veces se transforman en cortinas de humo que nublan nuestra mirada sin dejarnos ver cuál es realmente la “verdadera imagen de las fiestas”.

Todos sabemos que hace bastante tiempo la Navidad, para muchos, dejó de ser una fiesta religiosa en la que se reúne la familia, para pasar a ser, inexplicablemente "un tiempo mágico" o un liviano "momento para compartir”. Esta Natividad cambiada, en la que se ha dejado de lado al Divino Niño tiene un lema: para ser, hay que tener. Ergo, el que no tiene, no es ni puede ser feliz.

Al caminar por las calles de mi ciudad engalanada con guirnaldas de luces y árboles de Navidad, recuerdo que en otros tiempos en cada esquina importante de Buenos Aires se montaba un pesebre o belén de grandes dimensiones, lo dicho otros tiempos…

En cambio ahora las personas atestan las calles buscando presurosas comprar obsequios y pasan apuradas llevando en cada mano cuatro, cinco o más bolsas con paquetes. Esa es “la imagen de las fiestas” en la actualidad, una imagen que nos muestra que lo que verdaderamente importa es el simple consumismo y no la reflexión de un tiempo de Paz y renacimiento. “Todo es relativo”, dicen algunos mientras corren a las tiendas para comprar…

La verdadera imagen de las fiestas es la que nos permite a cada ser humano llegar a este tiempo en paz con nosotros mismos y con los demás.

La verdadera imagen de las fiestas es la que nos conduce a la Navidad con un corazón limpio y preparado para la fiesta del Nacimiento.

La verdadera imagen de las fiestas es la que nos brinda la posibilidad de reunirnos con nuestras familias y juntos abrigar esperanzas.

Si bien es grave haber cambiado el ser por el tener, siempre se está a tiempo de volver a percibir la verdadera imagen de las fiestas, la que nos aparta de lo material y nos lleva de la mano hacia lo espiritual.

La Navidad es un recordatorio de la alegría final, con esa imagen de las fiestas recordemos al decir ¡Feliz Navidad!, decirlo con la voz del corazón.

Edith Pardo San Martín. Especialista Universitaria en Protocolo y Ceremonial de Estado e Internacional, postgraduada de la Universidad de Oviedo y la Escuela Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Directora de Charme Consultoría en Imagen.