El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, desmintió ayer que “vaya de boato superfluo” en los desplazamientos que realiza habitualmente a la Península para gestionar los asuntos que le competen como primera autoridad local. De este modo, el mandatario melillense respondió a las críticas de la diputada del Grupo Socialista, Mari Cruz Escribano, quien la semana pasada denunció el “excesivo gasto” que había realizado el Gobierno autónomo para la participación de Imbroda en la III Conferencia de Presidentes.En declaraciones a los periodistas, Imbroda subrayó que de las tres conferencias presidenciales que se han celebrado hasta el momento, sólo en ésta última decidió invitar a la prensa de la ciudad porque “me pareció interesante que estuviera allí para testificar y visualizar las reuniones, de modo que todos los melillenses tuvieran el derecho a la información de cuanto estaba ocurriendo”. De hecho, cifró en más de mil profesionales de la información los que se habían acreditado para esta importante cita política, llegados desde todos los puntos de la geografía española.Asimismo el presidente de la Ciudad recordó la “importancia” de los dos asuntos que se abordaron en la Conferencia de Presidentes, concretamente la inmigración y el agua, y agregó que “en las conferencias anteriores no llevé más que al jefe de gabinete”.Imbroda puntualizó además que su decisión de acudir acompañado de una veintena de personas entre consejeros, directores generales, asesores y periodistas se debió también a la coincidencia temporal de la reunión con su homólogo ceutí, Juan Jesús Vivas, y las gestiones en distintos ministerios de algunos de sus compañeros de Gobierno.
Protocolo
El mandatario local también habló sobre el traslado del vehículo oficial a Madrid pese a que se había desplazado en avión a la capital española y la organización de la Conferencia de Presidentes había puesto a disposición de los dirigentes autonómicos un servicio de transporte.Imbroda explicó que cuestiones de “protocolo” le habían obligado a llevar el coche oficial, pese a que “estoy harto de ir andando o en taxi a los ministerios”. Sin embargo, “cuando hay que representar a Melilla en cuestiones de protocolo, hay que representarla bien” y “si el resto de presidentes autonómicos van al Palacio Real con su coche oficial, Melilla también”.Por último, el presidente dijo estar “cansado de la demagogia de la oposición”.