lunes, mayo 7

Máxima etiqueta en la Casa Blanca para rendir honores a la reina Isabel II


Lecciones de protocolo para Bush


WASHINGTON.- ¿Cómo hace George W. Bush, un texano que pone los pies sobre la mesa, toma agua directamente de la botella, habla con la boca llena, y que una vez le dio a la canciller alemana Angela Merkel un improvisado masaje en el hombro, para prepararse para una comida oficial con la reina de Inglaterra? Con los consejos de un instructor de protocolo y etiqueta... y con un poco de estímulo de su esposa. La Casa Blanca está revolucionada por la visita, programada para mañana, de la reina Isabel II y de su esposo, el príncipe Felipe, la primera desde 1991, cuando era presidente Bush padre, y la Casa Blanca dice que la cena en su honor no es solamente el acontecimiento social del año, sino también el acontecimiento de ese tipo más importante de la presidencia de Bush.


Además, será escrutado por toda la elite social de Washington, debido a que se trata de un choque de culturas: el arrastrado acento texano se enfrenta con el cuidado inglés británico. Es una gala con ropa de etiqueta -la primera y posiblemente única ocasión de etiqueta de la administración Bush- y, según se dijo, el presidente norteamericano, que no se caracteriza por su gusto por la ropa de etiqueta, no se mostró demasiado entusiasta, hasta que intervino la señora Bush. "Creo que la señora Bush está encantada con la ocasión y con la ropa formal, y lo dejaremos así", dijo Amy Zantzinger, la secretaria social de la Casa Blanca, mientras elaboraba un plan para sentar a 134 comensales en una enorme pantalla computarizada situada detrás de su escritorio.


Zantzinger dijo que no había recibido pedidos de invitación: aparentemente, los que no habían recibido ya una de las elegantes invitaciones sabían que sería una torpeza reclamarlas. Sin embargo, la exclusividad de la ocasión originó algunos momentos incómodos, como cuando la secretaria social se encontró el otro día con Bush padre en un pasillo. "Estaba bromeando y dijo: «Es la invitación más deseada de toda la ciudad», con todo desenfado", y luego agregó: "Si él hubiera deseado venir, habría podido hacerlo".


Ante esto, la secretaria de prensa de la primera dama, Sally McDonough, interrumpió para hacer una amable corrección. "No es que él no quisiera asistir", explicó, agregando que con sólo 134 comensales -28 de ellos miembros de las delegaciones oficiales británica y estadounidense-, Bush padre sería invitado a la "cena de reciprocidad" que la pareja real ofrecerá en la embajada británica el martes. El apodo con el que Bush llama a su padre -le dice "41", por haber sido el presidente número 41 de los EE.UU.- es bien conocido, y seguramente no necesitará que ningún asesor de protocolo le advierta que no debe referirse a la reina llamándola "Segunda". Aun así, tal como lo hace en cada visita oficial, la Casa Blanca ha consultado al Departamento de Estado sobre el protocolo oficial y ha puesto a disposición un pequeño cuadernillo con indicaciones.


Es una publicación no clasificada, pero definitivamente no es pública. No obstante, algunos asistentes de la primera dama revelaron algunos puntos: habrá que dirigirse a la reina llamándola "Su Majestad", pero el príncipe será "Su Alteza Real". En el caso de las damas, una reverencia es aceptable, pero no imprescindible. No se le estrecha la mano a la reina a menos que ella la ofrezca primero.


Y una vez que Su Majestad termine de comer, la comida de todo el mundo habrá concluido. (No es grave, dijeron algunos asistentes de Bush: "El es muy rápido para comer"). El cuadernillo también incluye restricciones dietéticas; en el caso de la reina sólo hay una: "No le gusta la comida picante", dijo Anita McBride, la jefa de personal de la Laura Bush.


Por Sheryl. G. Stolberg y Jim Rutenberg De The New York Times

Traducción: Mirta Rosenberg


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La Casa Blanca sacará mañana del armario sus mejores manteles de damasco, la cubertería de plata donada por una rica heredera de Montana y la vajilla Lenox adquirida por los Clinton para agasajar a la reina Isabel II de Inglaterra.El que ya se ha bautizado como 'acontecimiento social del año' es la primera cena de 'gran gala' de la presidencia de George W. Bush, quien quiere dejar claro, con la majestuosa ceremonia, que 'Estados Unidos no tiene un aliado y amigo más cercano que el Reino Unido'.'Nuestros países comparten una relación excepcionalmente próxima basada en profundos lazos culturales e históricos, una lengua común, valores e intereses compartidos y el compromiso con la defensa de la libertad alrededor del mundo', informó la Casa Blanca en un comunicado.



Los actos de bienvenida comenzarán a las 10.50 hora local (14.50 GMT), cuando está previsto que la soberana británica y su esposo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, lleguen a los jardines de la residencia oficial estadounidense.La pareja real será recibida con una salva de 21 cañonazos y los himnos nacionales de los dos países, en un acto que presenciarán alrededor de 7.000 personas, desde diplomáticos hasta congresistas, funcionarios del Departamento de Estado, miembros del gabinete y grupos de estudiantes.Bush e Isabel II pasarán a continuación revista a las tropas desplegadas en los jardines de la Casa Blanca y pronunciarán seguidamente unas breves palabras.


La agenda del día incluye también una cena de máxima etiqueta con 134 invitados y a la que Bush asistirá ataviado con frac, una indumentaria que no goza de los favores del poco protocolario ranchero de Texas, a quien le gusta poner los pies sobre la mesa y beber agua directamente de la botella.



Cada una de las 13 mesas del convite de gala estará adornada con 'significativas piezas históricas' de la colección de la Casa Blanca, que incluye candelabros y detalles ornamentales con varios siglos de antigüedad.



La cena de cinco platos incluirá aperitivos, sopa, pescado, carne, ensalada y postre.La Casa Blanca ha distribuido un listín con consejos protocolarios sobre el tratamiento debido a la Reina, algunos de los cuales han transcendido a la prensa, como la recomendación de dirigirse a la soberana como 'Su Majestad' y al duque de Edimburgo como 'Su Alteza'.Además, cuando Isabel II acabe de comer, todo el mundo debería de haber finalizado, una sugerencia que a Bush, famoso por comer rápido, probablemente le resulte fácil seguir.



El despliegue organizativo incluye también a siete floristas, que se han encargado de preparar centros ornamentales para cada una de las habitaciones de acceso público de la Casa Blanca.Los arreglos florales oscilan desde las rosas color crema y las lilas blancas del salón en el que se celebrará la cena de Estado hasta las rosas amarillo pálido de la sala diplomática.



La llegada de la Reina ha hecho, además, que se hayan pintado de nuevo algunas partes de la mansión oficial y llevó a la primera dama, Laura Bush, a pedir que se desempolvasen fotografías de otras visitas de la realeza, entre las que figura una de la reina Isabel II bailando con el entonces presidente Gerald Ford (1974-1977).La soberana británica visitó EEUU por última vez en 1991, cuando el padre del actual presidente ocupaba la Casa Blanca.


Su gira de seis días por la costa este de Estados Unidos coincide con la conmemoración del 400 aniversario de Jamestown, el primer asentamiento británico permanente en Estados Unidos, fundado en 1607 sobre el río James por alrededor de un centenar de colonos que cruzaron el Atlántico en busca de fortuna.



La Reina visitó el viernes el enclave y participó el sábado en la 133 edición del tradicional Derby de Kentucky, en el hipódromo de Churchill Downs.Su agenda incluye, asimismo, una gira el martes por el Centro Espacial Goddard de la NASA en Maryland y sendas visitas a un hospital de niños en Washington y al Memorial de la II Guerra Mundial.

Fuente:Terra.es