El arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, ha nombrado por primera vez un delegado de Protocolo, un cargo de nueva creación para el que ha escogido a un seglar, Felipe Benicio Albarrán Vargas-Zúñiga.Así lo anuncia el Arzobispado de Mérida-Badajoz en una nota de prensa, en la que señala que monseñor García Aracil ha realizado además otros dos nombramientos de cara al próximo curso, uno es el del sacerdote José Ignacio López-Navarrete Garrido, que pasará a ser nuevo arcipreste de Llerena.Además, ha nombrado a María Jesús Grajera Rojas, del instituto secular Hogar de Nazaret, como delegada episcopal para las causas de los Santos.