sábado, septiembre 15

Los Príncipes presentarán el miércoles a la Infanta Sofía ante la Virgen de Atocha




Los Príncipes de Asturias pedirán el próximo miércoles la protección de la Virgen de Atocha para su segunda hija, la Infanta Sofía, cumpliendo así como una de las tradiciones de la Familia Real, como hicieron el 7 de junio del año pasado con su primogénita, informaron fuentes de la Casa del Rey.
Don Felipe y Doña Letizia llevarán ante la imagen de la patrona de la Corte a la pequeña Sofía -que nació en Madrid el pasado 29 de abril- díez días antes de que cumpla los cinco meses, mientras que cuando Leonor (31 de octubre de 2005) fue presentada ante la imagen tenía más de siete.
Será la tercera vez que Don Felipe y Doña Letizia vayan juntos al templo de la madrileña avenida Ciudad de Barcelona donde se venera a la patrona. Estuvieron en la basílica de Atocha inmediatamente después de contraer matrimonio en la catedral de La Almudena, la lluviosa mañana del 22 de mayo de 2004, para ofrecer a la imagen bizantina el ramo de novia de la ya Princesa de Asturias.
El 7 de junio de 2006, los Príncipes entraron con su hija mayor en el templo y los acordes del órgano les acompañaron en su recorrido hasta el altar, donde elevaron conjuntamente a la pequeña -vestida con un faldón blanco- ante la imagen de la Virgen. Fue una ceremonia sencilla en la que les recibió el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
Los Reyes también dieron continuidad a tan antigua devoción al presentar a sus tres hijos, las Infantas Elena y Cristina y el Príncipe de Asturias, ante la imagen. La Duquesa de Lugo también llevó al templo a sus dos hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica.
Alfonso XIII, que nació el 17 de mayo de 1886, fue presentado ante la imagen de Nuestra Señora cuando tenía 45 días, aunque no hay constancia de que también fueran sus hijos, ya que la basílica fue cerrada en 1911 por estar en ruinas.
De acuerdo con datos históricos, Alfonso XIII, acompañado por su madre, la Reina María Cristina, presidió el primer sábado de noviembre de 1926 el traslado de la imagen desde el Real Patronato del Buen Suceso a la basílica de Atocha.
La Virgen fue proclamada protectora de la Familia Real y de la Monarquía española en 1643 por Felipe IV, aunque el origen de esta devoción real se sitúa en el Rey Alfonso VI, en el siglo XI, cuando se calcula que fue construido el primer templo dedicado a esta Virgen.
La pequeña imagen bizantina de Nuestra Señora de Atocha, que la leyenda apunta que llegó a España desde Antioquía en el siglo X, siempre se salvó de los pillajes a los que el templo fue sometido.
Las coronas de la Virgen y el Niño fueron un regalo de Isabel II, en agradecimiento por haber sobrevivido en 1854 al apuñalamiento por parte del cura Merino, que la agredió cuando iba a presentar a la Virgen a su hija la Infanta Isabel, "La Chata".
La imagen de la Virgen de Atocha, que lleva una diadema simple en la cabeza, está en actitud sedente, sobre un trono, y sujeta al Niño con la mano izquierda, mientras que con la derecha sostiene una manzana, signo de la Redención.
Habitualmente se venera en su camarín sin manto, corona ni condecoraciones, aunque en las grandes ocasiones, como el día en el que doña Letizia acudió con el Príncipe a depositar su ramo de novia, muestra la Insigne Orden del Toisón y la Real y Distinguida Orden de Carlos III.
En algunos actos puntuales la imagen de la Virgen se adorna con el rostrillo, muy utilizado en los siglos XVIII y XIX en lugar de otras joyas, y que enmarca el rostro de la imagen para ensalzarla.
Aunque la historia del edificio que alberga la imagen es confusa, se sabe que Felipe III mandó construir la capilla de la Virgen.
Felipe IV reedificó, a partir de 1649, el camarín, al que Carlos III dotó de frescos pintados por Lucas Jordán.
El arquitecto Isidro González Velázquez se encargó de la reconstrucción después de la ocupación francesa y, ante los deterioros posteriores, la Reina regente, María Cristina, convocó en 1890 un concurso para edificar un gran templo, pero el arquitecto Fernando Arbós sólo concluyó el campanile y una parte del claustro, que hoy es el Panteón de Hombres Ilustres.
Fuente:ABC