Por primera vez en más de cinco siglos, los guardianes de la histórica Torre de Londres, los famosos "beefeaters", acogieron hoy en sus filas a una mujer.
Moira Cameron, una simpática escocesa de 42 años, se incorporó al puesto como si fuera una estrella, perseguida por una nube de periodistas y fotógrafos deseosos de conocer a la nueva "beefeater".
"Este sitio es mágico. Es un trabajo maravilloso y me siento muy afortunada de poder desempeñarlo", dijo Cameron, que vistió con orgullo el uniforme azul marino de ribetes escarlatas y el sombrero a juego que caracteriza a los guardianes de la fortaleza.
La centinela se mostró especialmente contenta con los "grandes bolsillos" de su atuendo, al confesar -con garbo y coquetería- que guardaba en ellos un espejo y un pintalabios, entre otros objetos.
La flamante alabardera logró el empleo, remunerado con unos 29.600 euros anuales y el derecho a residir en un apartamento de la Torre a orillas del río Támesis, tras imponerse en un concurso a cinco hombres. De esa manera, Cameron acabó con uno de los últimos bastiones exclusivamente masculinos que existen en el Reino Unido.
Feliz por el nuevo fichaje, el jefe de los "beefeaters", John Keohane, que luce una poblada barba (rasgo típico de muchos guardianes de la Torre), comentó que hoy "es un día histórico".
"Los tiempos cambian y hay que comprender y respetar eso. La vida para las mujeres era muy diferente (hace siglos)", señaló Kehoane, al subrayar que a Cameron "no se le tratará de forma diferente" por su mera condición de fémina.
La vigilante accedió al puesto después de cumplir el requisito indispensable de haber prestado un mínimo de veintidós años de servicio en las Fuerzas Armadas del Reino Unido, ya que ingresó en el Ejército en junio de 1985.
El cuerpo de "beefeaters" fue creado en 1485 por el rey Enrique VII de Inglaterra (1491-1547) con el cometido oficial de vigilar a los prisioneros de la Torre, así como las Joyas de la Corona.
Esos vigilantes también eran responsables de los famosos cuervos de la fortaleza, pues, según reza la leyenda, al menos seis de estos pájaros deben residir en el recinto para salvaguardar el futuro de la Monarquía y el Reino Unido.
Pese a no estar claro el origen del término "beefeater" (literalmente "comedor de carne"), los historiadores creen que proviene de la ración diaria de carne con la que eran retribuidos esos alabarderos por sus servicios.
Según documentos que datan del siglo XIX, los guardianes de la fortaleza recibían en conjunto una ración al día consistente en unos 11 kilos de carne de res, 8,5 kilos de cordero y 7,5 de ternera.
A ese respecto, Cameron bromeó hoy al ser preguntada si era carnívora o vegetariana: "Soy omnívora -respondió-, pues me gustan ambas cosas (la carne y la verdura)".
Actualmente, el cuerpo de "beefeaters" está integrado por 35 efectivos, a parte del jefe, y una de sus principales tareas es guiar el recorrido de los dos millones de visitantes de todo el mundo que cada año acuden a la Torre.
Aunque Cameron ha dedicado los últimos meses a aprender las veintiuna funciones diarias de los guardianes, incluida la célebre "Ceremonia de las Llaves" (tradicional cierre nocturno de la fortaleza), aún deberá esperar para ejercer de guía.
"Tengo que aprender la historia (de la Torre)", admitió la centinela.
La Torre de Londres, cuya construcción inició en 1078 Guillermo El Conquistador (1027-1087), se ha usado como fortaleza, palacio, prisión, patíbulo, arsenal, almacén del tesoro, zoológico, casa de la moneda y, desde 1303, como sede de la Joyas de la Corona.
Por eso, como avisa un cartel a la entrada del baluarte, todo aquél que siga hoy día a un "beefeater" escuchará "historias de reyes, de traidores, de prisioneros y de hechos sangrientos...".