La sesión, que tuvo lugar en la Sala de Asambleas del Parlamento de la capital, sirvió de marco oficial para recordar las protestas contra el régimen comunista hace exactamente medio siglo, que concluyeron con su aplastamiento por las tropas soviéticas 13 días después.
Los enfrentamientos causaron más de 2.500 muertos, numerosos heridos y un éxodo a diversos países occidentales de unas 200.000 personas, que en su gran mayoría no regresó a su país natal.
La jornada comenzó hoy con una ofrenda floral en la plaza Kossuth, ante el Parlamento, por parte de los representantes de 56 países invitados, que en muchos casos acogieron a los fugitivos húngaros tras la represión violenta soviética.
Los enfrentamientos causaron más de 2.500 muertos, numerosos heridos y un éxodo a diversos países occidentales de unas 200.000 personas, que en su gran mayoría no regresó a su país natal.
La jornada comenzó hoy con una ofrenda floral en la plaza Kossuth, ante el Parlamento, por parte de los representantes de 56 países invitados, que en muchos casos acogieron a los fugitivos húngaros tras la represión violenta soviética.
Esta ceremonia coincidió con la manifestación de unas cincuenta personas, que quisieron interrumpir el acto profiriendo gritos, pero el fuerte contingente policial impidió que los congregados lograran su objetivo.
A continuación, se desarrolló en el Parlamento la ceremonia para recordar el levantamiento popular húngaro contra el sistema comunista con la intervención del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, el primer ministro húngaro, Ferenc Gyurcsány, y la presidenta del Parlamento, Katalin Szili.
Ante unas 500 personalidades, Barroso dijo que la respuesta a la revolución húngara fue 'la mentira y la opresión', en alusión al aplastamiento de este movimiento popular a cargo de las tropas del Ejército soviético hace medio siglo.
Apuntó también que las dictaduras de izquierda y derecha en Europa imposibilitaron la unificación del continente, tras repasar la reciente historia de Hungría y su ingreso en la Unión Europea en 2004.
En los actos de hoy también se divulgó la llamada 'Declaración de la Libertad' para honrar a los héroes de la revolución del 56.'Un segundo histórico bastó para desarticular la dictadura soviética y un pueblo pudo superarse a sí mismo en su lucha por la libertad y dio un ejemplo al mundo', reza el texto del documento.Agrega que 'el mensaje de la revolución es que la libertad es invencible y la humanidad nació para vivir en libertad'.
Los actos oficiales del 50 aniversario del más sangriento enfrentamiento entre un país de la esfera comunista y Moscú comenzaron ayer con un concierto en la Opera de Budapest.
Asistieron anoche al concierto el rey de España Juan Carlos I, el rey de Noruega Harald V, los presidentes de Alemania, Horst Koehler, y de Austria, Heinz Fischer, y el primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, entre otras personalidades.
Allí se interpretó la Obertura Egmont de Beethoven, que se empleó como himno simbólico durante las manifestaciones políticas del 56 en Hungría a favor de la independencia nacional y contra el sistema impuesto por la Unión Soviética.También estaba prevista para hoy otra ofrenda floral en la parcela 301 del cementerio de Budapest para honrar a los ciudadanos ejecutados en la purga política posterior a la breve revolución magiar.
Esta histórica conmemoración coincide con un fuerte descontento popular contra el actual gobierno socialdemócrata presidido por Gyurcsány, después de que se filtrara a la prensa que había mentido sobre la difícil situación económica del país para ganar las elecciones generales del pasado abril.
Las protestas contra el ejecutivo comenzaron hace más de un mes y se han repetido casi a diario desde entonces en la plaza Kossuth, donde está situado el Parlamento.
El programa oficial de este aniversario durará hasta el 4 de noviembre, fecha en que la revolución fue aplastada definitivamente por las fuerzas militares soviéticas.
Fuente:Terra.es
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