lunes, enero 15

Modas presidenciales


Daniel Ortega trajo consigo una renovada moda: camisa blanca, de preferencia, cuello chino. La nueva tónica es similar a la “moda Evo”, con la diferencia que la del diez de enero no es “made in Nicaragua”. Su imagen es el propio Ortega, y los primeros enloquecidos, con el drástico cambio de darle un adiós al saco, son sus funcionarios. La historia nos lleva a recordar los sacos con corbatín de Somoza; las guayaberas de la Revolución; las camisas a rayas en el gobierno de Violeta Chamorro y Antonio Lacayo; las camisas rojas y pantalones caquis de los correligionarios del PLC, además de los sacos; y la formalidad de saco y corbata con Bolaños.

“La soberbia estúpida de los pueblos civilizados”, como dijo el premio Nobel de literatura José Saramago, obliga a los gobernantes a apegarse a las normas de protocolo ya establecidas. Quien se atreve a romper estas reglas nada contra una peligrosa corriente cuyas rocas mediáticas son extremadamente nocivas.


El gobernante boliviano Evo Morales sabe bien de esto, pues recorrió una docena de países vestido siempre con su suéter de alpaca con rayas verdes, rojas y blancas recibiendo críticas de la prensa y de los consabidos protocolarios, pero sus paisanos y José Saramago salieron de inmediato a defenderlo. Entonces, la “moda Evo” se volvió más famosa que el mismo Evo, quien, lejos del protocolo oficial, “ofendió las buenas costumbres de la prensa española”. A Nicaragua vino vestido de camisa blanca sencilla, y en las posteriores apariciones lo hizo con camisa sport.Al parecer Daniel Ortega pretende seguir el rumbo de Morales, sólo que con su infaltable camisa blanca arremangada hasta los codos. En la sesión solemne en que Daniel Ortega recibió la banda presidencial, quedó institucionalizada la nueva moda. Quizás Ortega fue el único que tomó los consejos de su antecesor, Enrique Bolaños, de arremangarse las mangas de la camisa.Y no sólo eso.


La moda estuvo presente en el presidente hondureño, pasando por Evo Morales y Felipe Calderón, hasta llegar al presidente taiwanés. Los nuevos ministros, directores y presidentes ejecutivos de entes autónomos han corrido a comprar nuevas camisas de color blanco para no quedarse atrás.La guayabera de la Revolución“La guayabera representa los ideales de los años ochenta”, comentó un ciudadano en la calle.


No es desde ayer que se estila vestir guayaberas. En países cálidos como el nuestro es muy común que los señores usen guayaberas para asistir a actos formales. Se dice que la camisa, originaria de Cuba, con cuatro bolsas y dos franjas de pliegues verticales, es llamada de esa forma porque las bolsas eran usadas para llevar guayabas.Para el diseñador de imagen Henry Avilés, el Presidente debe adecuar su vestuario según la ocasión. “La moda es libre, pero el Presidente de la República tiene una imagen que cuidar”, considera Avilés.María Villanueva, estudiante de antropología de la UNAN-Managua, opina que el vestuario del Presidente es para “parecer menos burgués y más del proletariado”. Aun así, Avilés cree que ese tipo de vestuario es correcto utilizarlo en un acto público, pero nunca en la toma de posesión. “Con la banda bien pudo haber estado de saco, en la plaza bien le podría funcionar (usar la camisa blanca), con el pueblo sí, pero no en un acto oficial”, dice Avilés


Medidas expresas

Un día después de la toma de posesión, el ministro de Educación, Cultura y Deportes (MECD), Miguel de Castilla Urbina, revocó el acuerdo ministerial que obligaba a los directores de la sede central del MECD y de los centros educativos a usar camisa manga larga y corbata, y que prohibía que los varones usaran camiseta.“No se es burgués sólo por llevar un saco, ni se está con los pobres vistiendo así”, expresó una fuente diplomática que prefirió no ser identificada. La austeridad, agregó la misma fuente, no se predica con la vestimenta.El clima no es justificación para que el Presidente y su Gabinete de Gobierno vistan camisas o guayaberas, sostiene Avilés, no así distintos diseñadores de vestuario y de imagen, quienes consideran oportuno este tipo de vestuario porque nuestro país es tropical y porque aunque la guayabera no guste a todos, da un toque de distinción.


Las críticas

“Qué tristeza, estamos retrocediendo, hasta Samuel Santos, a quien yo consideraba un hombre nítido, se presentó de camisa manga larga a la toma de posesión. No sé si haya sido una imposición de parte de ellos (las autoridades superiores)”, dice Avilés.A juicio de Avilés, no seguir las reglas protocolarias da una mala impresión, porque “esa no es la imagen que debería tener un ministro ni un presidente”. Para muchos, vestir de traje, con camisa y corbata, pantalón y saco de un mismo color, es símbolo de “burguesía, de explotación”, sin embargo, diseñadores nicaragüenses sostienen que el traje es una vestimenta adecuada para que los funcionarios las usen en actos oficiales.


¿Sencillez, comodidad, cercanía...?Para el diseñador Vicente Castellón la forma de vestir del Presidente y de su gabinete es una forma de decir: “Aquí estamos, no somos diferentes a ustedes”. Además del calor, que es un argumento desaprobado por Avilés, Castellón considera que la camisa blanca de Ortega está bien porque no se le puede exigir saco y corbata a quien, con ideología de izquierda, “quiere estar en contacto con el pueblo”.Expertos en protocolo consideran que la pobreza no significa tener mal gusto o vestirse mal, ya que “desde el más humilde al más rico, debe saber vestirse adecuadamente”. Castellón cree lo contrario. “El presidente Ortega está mostrando su sencillez, y eso es correcto, lo incorrecto es que esto quiera imponérsele a los demás” como sucedió en el acto de traspaso de mando.Al menos muchos nicaragüenses se quitarán un peso de encima. El peso que les provoca el saco y el vestirse con atuendos ajenos a su cultura.


Diseñadores y presidentes

Ni siquiera el gorro tradicional de su pueblo que lleva siempre el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha llamado tanto la atención como el saco de líneas azules, blancas y rojas de Evo Morales, publica la revista colombiana Cambio este 13 de enero de 2007.También cuenta que “la familia boliviana Valda, dueña de la marca Punto Blanco, decidió sacar al mercado una línea de suéteres como los de Morales, hechos en fibra acrílica, por sólo diez dólares. “El jersey original no es ciento por ciento lana de alpaca, como se ha dicho”, aseguró Sergio Valda, Gerente de la firma.La revista también afirma que Evo Morales es una excepción en materia de moda masculina en este lado del mundo, pues en general, jefes de gobierno usan vestidos de excelente corte en tonos neutros y elegantes, y tradicionales corbatas de seda -–hasta Vicente Fox cabe dentro del patrón, a pesar de sus infaltables botas tejanas–-


Los contrastes

Agrega Cambio que la administración de Ronald Reagan –-para no hablar de la ya legendaria de John Kennedy y la elegante Jacqueline, que impuso su estilo en el mundo entero-– tuvo algunos momentos tormentosos por la elegancia de la primera dama, Nancy, cuestionada en varias oportunidades porque no devolvía los vestidos que le prestaban los grandes diseñadores para que luciera en las grandes ocasiones. Tampoco el porte y la elegancia en el vestir de Raisa Gorbachov, que de alguna manera representaban la perestroika, escaparon a los comentarios mordaces de sus compatriotas, acostumbrados como estaban a las esposas anodinas, regordetas y poco “glamurosas” de los líderes de la vieja Unión Soviética.Los sastres, precisamente, son las prendas que no pueden faltar en la moda presidencial femenina, moda que han seguido al pie de la letra desde Lady Jonhson y Bárbara Bush, hasta Hillary Clinton y Laura Bush, y desde las que fueran presidentas de Nicaragua y Panamá, Violeta Chamorro y Mireya Moscoso, hasta la nueva canciller de Alemania, Ángela Merkel, y la recién elegida presidenta de Chile, Michelle Bachelet.“Bachelet ha mezclado sus clásicos y estructurados trajes sastre, estilo militar, con juegos de collares y aros, preferentemente de connotación autóctona, una estética muy del gusto de la izquierda, sintetizando la posibilidad del reencuentro entre dos mundos que por décadas han estado irremediablemente distanciados”.

Fuente:El Nuevo Diario