A diferencia de lo que piensa el señor don Diego, creo que terminar un acto público de ciudadanos españoles con el himno nacional y portando una bandera de España no tiene que ser un acto ni delictivo ni de vulneración del Real Decreto de 1997 que regula su uso oficial:
“El himno nacional de España será interpretado, cuando proceda en versión completa en los actos de homenaje a la bandera española, en los actos oficiales a los que asista el Rey o la Reina, la Reina consorte o el consorte de la Reina y en los demás actos previstos en el Reglamento de Honores militares. En versión breve, será interpretado en los actos oficiales a los que asistan el Príncipe de Asturias, la Princesa de Asturias, los Infantes de España o el presidente del Gobierno y en los actos deportivos o de cualquier otra naturaleza en los que haya una representación oficial de España, además de los que prevé también el Reglamento de Honores militares”.
Este Real Decreto lo que regula, señor don Diego, es la utilización oficial del himno y el uso de la bandera, pero los ciudadanos somos libres de usarlo cuando nos venga en gana y en el lugar donde queramos, lógicamente siempre con el debido respeto.
“El himno nacional de España será interpretado, cuando proceda en versión completa en los actos de homenaje a la bandera española, en los actos oficiales a los que asista el Rey o la Reina, la Reina consorte o el consorte de la Reina y en los demás actos previstos en el Reglamento de Honores militares. En versión breve, será interpretado en los actos oficiales a los que asistan el Príncipe de Asturias, la Princesa de Asturias, los Infantes de España o el presidente del Gobierno y en los actos deportivos o de cualquier otra naturaleza en los que haya una representación oficial de España, además de los que prevé también el Reglamento de Honores militares”.
Este Real Decreto lo que regula, señor don Diego, es la utilización oficial del himno y el uso de la bandera, pero los ciudadanos somos libres de usarlo cuando nos venga en gana y en el lugar donde queramos, lógicamente siempre con el debido respeto.
A lo largo de la historia las banderas de todos los pueblos son objetos que, por su gran significado simbólico, contienen un grado especial de reconocimiento y respeto por parte de todos. Al largo de la historia, la bandera de un estado político se convierte no sólo en una insignia de su gobierno sino en una extensión del mismo pueblo que lo ha construido.
La bandera pertenece a todos y nadie puede privar al ciudadano de su uso. Por eso, se debe tolerar que nuestras banderas nacionales, regionales o locales… sean usadas de maneras, que a veces quizás parecen poco dignas, pero que reflejan el apego que el pueblo tiene a sus símbolos.
Aún así, es importante que toda persona reconozca y honre las banderas y muy especialmente aquella de la nación de la cual es ciudadano o ciudadana. Los funcionarios públicos deben ser los primeros en dar el ejemplo, aunque algunos miembros de la izquierda de este país no quieran mostrarnos ese ejemplo de respeto, ni a la bandera de España ni a la bandera de nuestros aliados. Señor don Diego pregúntele a su presidente.
…Ay, señor don Diego le recuerdo, que es más delito y más reprobable el saltarse a la ‘torera’ una resolución que aprobaron ustedes referida a la negociación con la banda terrorista ETA. Se acuerda. Fue un diecisiete de mayo de dos mil cinco. Recuerda aquel día, cuando ustedes apoyaron un diálogo con banda terrorista ETA sin contrapartidas políticas… Menuda tomadura de ‘pelo’ a los españoles. El texto que ustedes nos ‘colaron’ y que nunca han cumplido señala que la negociación con ETA era a través de “los poderes competentes del Estado debe venir precedida de una clara voluntad de poner fin a la violencia y de actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción.”
Señor don Diego le recuerdo el texto que usted y su partido propusieron y aprobaron, vuelva a recordarlo:
"Expresamos nuestra convicción de que el Estado de Derecho ha demostrado su fortaleza y superioridad frente al terrorismo. A ETA sólo le queda un destino: disolverse y deponer las armas. Ésta es la exigencia de la ciudadanía vasca y ésta es también la actitud de la totalidad de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados.
Por eso, y convencidos como estamos de que la política puede y debe contribuir al fin de la violencia, reafirmamos que, si se producen las condiciones adecuadas para un final dialogado de la violencia, fundamentadas en una clara voluntad para poner fin a la misma y en actitudes inequívocas que puedan conducir a esa convicción, apoyamos procesos de diálogo entre los poderes competentes del Estado y quienes decidan abandonar la violencia, respetando en todo momento el principio democrático irrenunciable de que las cuestiones políticas deben resolverse únicamente a través de los representantes legítimos de la voluntad popular. La violencia no tiene precio político y la democracia española nunca aceptará el chantaje de la violencia".
No lo olvide… y dígaselo a su presidente, que parece que interpreta las cosas como quiere y olvida lo que un día votó. Los terroristas de ETA son ASESINOS y han matado a más de ochocientos compatriotas (muchos de ellos de su partido), que han derramado su sangre por la libertad de ESPAÑA.
Fuente:City FM Radio