Esther Llamazares es la gerente de Alefrés Congresos, una empresa avilesina especializada en la organización de todo tipo de actos empresariales y que comenzó su andadura hace ya cinco años. Llamazares es, además, experta en temas de protocolo, un área de trabajo por la que cada vez existe mayor interés en la sociedad, según afirma la gerente.
-¿Cómo se puede definir el protocolo? -Yo siempre digo que protocolo es lo que haces en la vida, ya que todos los actos están dominados por el protocolo. Hablamos de todas aquellas normas, usos y costumbres que aplicamos en todas las situaciones de la vida. En el marco institucional existe una normativa escrita que no hay para el mundo de la empresa, pero sí seguimos unos usos y costumbres, buenos modales. Nos adaptamos a la reglamentación del protocolo institucional y a los usos y costumbres del lugar donde está la empresa.
-¿Qué beneficios tiene su aplicación para una empresa?-Beneficios, todos. Como cualquier regla, parece muy rígida y encorsetada, pero en realidad resulta muy beneficiosa. Se trata de proyectar nuestra mejor imagen y que todas las personas que trabajan en la empresa actúen en consecuencia. Cuando se determina qué imagen se le quiere dar, por ejemplo, se recurre a uniformar a los empleados para que proyecten una imagen. A la hora de atender a los clientes, es necesario que todo el mundo siga un procedimiento, que sepa atender a las personas, hacer presentacionesÉ
-¿Y hay conciencia de la importancia del protocolo?-Cada vez más las empresas son conscientes de lo necesario que es. Lo que no tengo claro es si se asocia esa necesidad al protocolo, ya que muchos consideran que es una norma muy rígida, para temas de palacio. Conocerlo y aplicarlo es muy útil para todos.
-¿Considera que existe una leyenda negra que relaciona el protocolo con un complicado ceremonial?-Es así, está claro. Pero el hecho de que tú conozcas el uso que hay que dar a todos los cubiertos no quiere decir que montes esa ceremonia en casa, pero sí que sepas actuar cuando se dé la ocasión. La gente no participa muchas veces en actividades diferentes de las normales por miedo a no estar a la altura. Luego, cuando conocen el protocolo, se animan más.
-¿Cómo ha sido la evolución de esta disciplina?-Hablar de protocolo hace unos años estaba relacionado con reglas que asustaban. Pero, como todo, tiene que ir adaptándose a los tiempos. Hay que pensar en el destinatario, el contexto y modificar la norma en función de las circunstancias.
-El cuidado del atuendo es una de las normas a tener en cuenta. ¿Por qué determinados profesionales, como los trabajadores de bancos, están obligados a usar traje?-Creo que cada situación tiene una forma de proceder, de actuar. Eso de así te ven, así te tratan, sigue existiendo. Hay gente que discrepa, pero yo siempre pongo el mismo ejemplo: si voy a dar clase de protocolo con los pantalones rotos, podré ser mejor o peor profesional, pero eso no es lo que los alumnos están esperando. La indumentaria viste a la empresa. Nadie va a una merienda en el campo con zapatos de tacón. Se trata de proyectar distintas sensaciones. Cuando la gente sale de noche no va igual para ir de copas que para una gala. Quieres transmitir una serie de cosas a través del aspecto.
-¿Y qué hay que tener en cuenta de las instalaciones de una empresa?-Las instalaciones tienen que ser las adecuadas a la actividad. Por ejemplo, la empresa debe tener un lugar para recibir y que alguien te salude nada más llegar. También es conveniente un lugar para que las visitas esperen sin entorpecer la actividad del resto. Son cosas que hacen que estés más cómodo.
-¿Cree que valores como la cortesía o el saber estar están en horas bajas?-Es palpable el aumento del interés por el protocolo, y sobre todo entre la gente joven: en los cursos muchas veces me encuentro con lista de espera. La educación no tiene nada que ver con las modas ni con la edad, sino con el saber comportarse en cada lugar y en cada momento. Lo que es muy importantes es que el protocolo nos da seguridad a la hora de andar por la vida. Está estrechamente vinculado con las relaciones personales. Me agrada mucho ese interés que existe por el protocolo. Además, es algo que se puede aplicar en la vida profesional y en la personal, resulta de gran utilidad. -El protocolo siempre se relaciona con colocar cada cosa y a cada persona en el sitio que les corresponde.
-El protocolo es orden. Y las normas escritas nos facilitan el trabajo de colocar, como el Real Decreto de Precedencias. El símil más cercano son las bodas. Si quieres hacerlo bien es muy complicado, hay que dedicarle tiempo para colocar adecuadamente a los invitados en las mesas.
-Y usted dice que también es útil para el desarrollo personal.-Por supuesto que es útil para la persona. Cuando no te conoces a ti mismo, y no estás seguro de ti, tomas identidades que no son la tuya. No actúas con naturalidad. Y sin embargo naturalidad es una palabra fundamental.
Fuente:La Nueva España