miércoles, junio 13

Nueva bronca entre PP y PSOE por la conmemoración de los comicios de 1977

Continúa la bronca entre populares y socialistas a cuenta de los actos conmemorativos del XXX aniversario de las primeras elecciones democráticas tras el franquismo, que el Congreso celebra esta semana. El último episodio del enfrentamiento lo protagonizó el presidente de la Cámara, Manuel Marín, que ha vetado una pregunta del PP sobre la intención del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de intervenir -saltándose la costumbre parlamentaria- en el acto central de la conmemoración que los Reyes presidirán el próximo jueves.
Los populares querían -durante la sesión de control al Gobierno de mañana- pedir explicaciones al Ejecutivo socialista sobre lo que ellos consideran «ansiedad» del presidente del Gobierno por «forzar el protocolo» del acto institucional de conmemoración.

Escrito de queja del PP
Ese mismo día, Marín comunicó por escrito al Grupo Popular que su pregunta quedaba excluida del orden el día del Pleno. El argumento del presidente del Congreso fue que la cuestión planteada por el primer partido de la oposición «versa sobre materia ajena a la competencia del Gobierno».
Ayer, los populares contraatacaron con un duro escrito de queja, en el que solicitan a la Mesa de la Cámara que anule la decisión de Marín. El PP quiere dejar claro en su escrito que «resulta evidente que la justificación ofrecida por el presidente del Congreso para excluir la pregunta es completamente infundada, ya que la cuestión planteada es un asunto de la competencia del Ejecutivo». «Se trata -sostiene el primer grupo de la oposición- de averiguar las razones por las que el presidente del Gobierno desea intervenir en dicho acto institucional».

El símil de Fidel Castro
Según el PP, no estamos ante una actividad privada del jefe del Ejecutivo, sino un acto público organizado por una institución del Estado «y en el que el presidente del Gobierno ha mostrado su disposición o ha sido invitado a intervenir precisamente en virtud de su cargo». A renglón seguido, los populares utilizan un curioso símil para dar más fuerza a sus argumentos: «Supongamos que el presidente del Gobierno o un ministro hubiesen sido invitados a intervenir, por ejemplo, en un acto público de respaldo a Fidel Castro. ¿Hubiera sido legítimo preguntar al jefe del Ejecutivo acerca de su disposición a aceptar la invitación? Con mucha más razón si el acto es organizado por una institución pública».

No suele ser habitual que el presidente del Gobierno tome la palabra en este tipo de sesiones. La tradición parlamentaria consiste en dejar todo el protagonismo, en primer lugar, al jefe del Estado y, después, al presidente del Congreso, en su calidad de anfitrión. Así ha ocurrido siempre, tanto en las solemnes sesiones de apertura de la legislatura -que tienen lugar cada cuatro años, tras la celebración de las elecciones generales y la constitución de las Cortes- como en otro tipo de actos en los que Don Juan Carlos toma la palabra en el Congreso.

El PP entiende que Zapatero se «entromete» en un acto claramente legislativo, sobre todo si se tiene en cuenta que el Ejecutivo puede hablar cuando quiera en el Parlamento.
Fuente:ABC