La princesa Ariane, tercera hija de los príncipes herederos de Holanda, Máxima y Guillermo-Alejandro, fue bautizada en la iglesia Kloosterkerk de La Haya, en una ceremonia a la que asistieron 850 invitados.
La princesa, que nació el pasado 10 de abril, estaba vestida con un faldón de color beige con el que también fue bautizada en 1880 la princesa Guillermina y en 1967 el padre de Ariane, el príncipe Guillermo-Alejandro.
La hermana mayor de Ariane, la princesa Amalia, que este año empezará a ir al colegio, ayudó al pastor Deodaat van der Boon, que ofició la ceremonia, a verter el agua, procedente del río Jordán, en la pila bautismal. Al igual que su hermana mayor, la segunda hija de los príncipes de Holanda, la princesa Alexia, lucía un vestido rosa de manga corta.
Entre otros, los padrinos de la niña fueron la hermana de Máxima, Inés Zorreguieta, y el príncipe Guillermo de Luxemburgo, con lo que se confirmó como sólo un rumor que la princesa doña Letizia pudiera ser la madrina de la tercera hija de los príncipes de Holanda. Ni el príncipe Felipe ni la princesa doña Letizia asistieron al bautizo, que está considerado no un acto de carácter oficial sino privado. No faltaron a la ceremonia bautismal de su nieta los padres de Máxima, los argentinos Jorge y Carmen Zorreguieta.
La princesa Máxima lucía un traje de chaqueta gris-plata, con un broche que no dejó de ser toqueteado por la princesa Arianne durante la ceremonia y un tocado redondo del mismo color en el pelo recogido.
La reina Beatriz optó por un traje de chaqueta rosa estampado con un sombrero de un tono muy vivo en el mismo color, de acuerdo con el carácter festivo de la celebración.
A la salida de la iglesia, los invitados se dirigieron al palacio Noordeinde, en La Haya, para celebrar el bautizo con un almuerzo.
Fuente:ABC