Fuentes oficiales del arzobispado aseguraron a Levante-EMV que García-Gasco «da por zanjado» el problema tras exponerle al embajador de España en la Santa Sede, Francisco Vázquez, su disgusto por lo ocurrido y escuchar las explicaciones de este. Como publicó ayer este periódico, el arzobispo intercambió unas palabras con el representante diplomático al finalizar la recepción que este ofreció a los tres nuevos purpurados españoles el domingo por la tarde. Las citadas fuentes precisaron que la postura del cardenal no significa ni que dé por buenos ni que desprecie los argumentos del Gobierno. No obstante, el intento de cerrar el asunto supone en cierta manera dar la razón a aquellos que consideran que lo sucedido al jefe del Consell, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en la Basílica de San Pedro no tiene entidad suficiente para justificar la reacción de los mandatarios. El presidente y la primera edil se quejaron de que en la ceremonia de creación de los purpurados del pasado sábado se alteró la ubicación prevista el día anterior, de modo que ambos dejaron de ocupar la misma fila que la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para quedar relegados más atrás. La embajada española replicó que la distribución la impuso el protocolo del Vaticano y que la representante del Ejecutivo ocupó un puesto al lado de los miembros de los gobiernos de Francia e Irlanda, mientras que las delegaciones de regiones quedaban más atrás y los alcaldes, más aún. Camps optó, como protesta, por no acudir a la cena que ofrecía De la Vega en la embajada y Vázquez le acusó de provocador. En esta cadena de reprobaciones, el vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla, cargó ayer contra el embajador español, del que dijo que a pesar de su cargo de representación oficial «no es de la carrera diplomática, sino un militante del PSOE». «Es la primera vez que un miembro de la diplomacia española critica o arremete contra un representante del Estado o de un gobierno autonómico», declaró Rambla. El portavoz defendió la actitud de Camps y aseguró que la Generalitat hará «valer siempre esta institución y no aceptamos que se nos quiera ningunear».
PSPV y EU critican el «ridículo» Barberá se manifestó en la misma línea. Acusó al Gobierno de usar el protocolo como «instrumento» a mayor gloria de Fernández de la Vega, vicepresidenta y cabeza de lista del PSOE por Valencia en las próximas elecciones generales. En su opinión, estos problemas «no pasan cuando hay un embajador que es de carrera diplomática». Por su parte, el representante del PSPV Alfred Boix insistió en el «talante provocador» de Camps en el Vaticano y el «ridículo protagonizado» por este. El mismo calificativo utilizó EU. Antonio Montalbán afirmó que «el incidente protocolario en el Vaticano es totalmente ridículo» y criticó a PP y PSOE por hacer campaña con estos conflictos.
La presidenta de las Corts, Milagrosa Martínez, no se refirió al asunto en Roma y optó por elogiar al cardenal. «Se ha distinguido por una excelente labor que trasciende el ámbito puramente religioso», manifestó.
Fuente:levante-emv.com
