Su aparición continua en los medios de comunicación es un síntoma claro que seguimos fascinados por ese mundo de “glamour” que rodea a la nobleza. Esto señala José Luis Sampedro Escolar que acaba de publicar un libro en el que narra 1000 años de historia de una de las sagas familiares más celebres de nuestro país: “La Casa de Alba” (Ed. Esfera de los libros).
Sampedro explica que esta familia, aunque en los últimos años hayan padecido cierto oscurecimiento, no ha dejado de participar en las más altas esferas del Estado.
Los dos maridos de Cayetana fueron hombres muy influyentes. Luis Martínez de Irujo, el primero, fue presidente de la Academia de Bellas Artes y presidente del Instituto de España. Cargo que en el franquismo participaba en la elección del presidente de Gobierno. Jesús Aguirre, el segundo, fue un hombre importante en PRISA o en la editorial Taurus.
Con la nueva generación no ocurre lo mismo, de momento. José Luis Sanpedro reseña que los hijos de la duquesa han optado por no tener un fuerte protagonismo mientras viva su madre.
Por otra parte se tienen que enfrentar al trato escandaloso que reciben de parte de la prensa del corazón. Así, creo, han decido retirarse y jugar su papel en el terreno de las fundaciones, menos expuestos al público.
Sampedro lamenta profundamente que en 2007, cuando se cumplen 50 años de la subida al ducado de Cayetana y 500 años del nacimiento del III duque de Alba, todavía estemos más interesados en los amoríos de los hijos de la duquesa.
El tratamiento desmedido, por parte de la prensa, de los asuntos del corazón de la familia de Alba me parece síntoma de una patología que sufre la sociedad española.
Los títulos nobiliarios no están a la venta. Sólo los puede otorgar el Rey; o bien, tener en nuestro árbol genealógico algún título y restaurarlo.
Una gran fortuna nos puede ayudar a entroncar con la nobleza. No a través de la compra del título pero sí para iniciar el camino (donaciones, obras de caridad importantes) que lleven al ennoblecimiento de nuestra actividad.
Lo que si existe es una especie de mercado negro de los nobles. Si tienes en tu familia, explica Sampedro, algún antepasado noble puedes pagar a algún pariente más directo respecto al título para que se retire.
Se han llegado a pagar nueve millones de las antiguas pesetas por un título.
PARA QUE SIRVE
El autor de “La Casa de Alba” confiesa que un título nobiliario sirve para muy poco. Vanidad, tener un recuerdo en la familia, posición social… Pero no tiene beneficios especiales.
Aunque algo debe de tener cuando más de uno daría la mano derecha por un título nobiliario.
Biografía
Nació en Madrid en 1958.
Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y técnico superior de la Administración por oposición.
Diplomado en Protocolo y Ceremonial por la Universidad de Oviedo y la Escuela Diplomática.
Numerario de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía.
Vicepresidente de la Asociación de Diplomados en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria.