Los accesorios del Papa Benedicto XVI cumplió la tradición y bendijo la sangre de Cristo con el Santo Cáliz que se venera en la catedral de Valencia. Juan Pablo II ya consagró el vino durante su estancia en Valencia en 1982 con el Santo Grial y ayer Ratzinger repitió la acción.
El copón que utilizó el Santo Padre para consagrar el cuerpo de Cristo es de las religiosas de San José de la Montaña, que lo prestaron para la ocasión.Los sacerdotes concelebrantes utilizaron unas copas para consagrar que cedió una casa de artículos religiosos valenciana, Belloso. En cambio, los ministros de la comunión repartieron las formas en copones de Lladró.
El Pontífice lució la mitra que la empresa valenciana Manantial le fabricó para el evento. Ha sido cosida a mano y se ha bordado con hilo de oro el símbolo del Encuentro, con una tela de seda que proporcionó Rafael Catalá. Lo que no se puso Benedicto XVI fue la casulla que estas dos empresas le regalaron. Utilizó una suya que trajo desde Roma y que, parece ser, dejó en Valencia como recuerdo. También utilizó su propia alba, que se llevó a Roma.El báculo con el que Joseph Ratzinger paseó por el altar es el que utilizan todos los papas desde Pablo VI. El crucifijo de marfil que destacaba a un lado de la mesa de ceremonias data del siglo XVII. Es de Manila y pertenece al convento de la Santísima Trinidad de Valencia.
La catedral también desplazó hasta el altar de Monteolivete el candelabro de plata que ayer mantenía encendida la llama de la Iglesia. Benedicto XVI estrenó objetos de uso ordinario que se quedarán en Valencia. Es el caso del evangeliario de plata que se ha fabricado ex-profeso para esta ocasión. Lo mismo ocurre con la mantelería del altar. La cosieron las religiosas de la catedral y ahí se quedará.
El libro ceremonial se realizó en Roma, en la oficina de ceremonias pontificias. Se hicieron 500 copias del mismo para todos los obispos y cardenales que acudieron al acto.
La imagen Peregrina de la Mare de Déu dels Desamparats, queayer se situó en el colosal altar mayor para presidir la misa conclusiva oficiada por Benedicto XVI, iba ataviada con el mismo manto que lució en el año 1923 cuando el cardenal Reig, arzobispo de Valencia, la coronó en presencia de los reyes de España Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia.
Fuente:lasprovincias.es
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