el manejo constructivo de las mismas”
(William Ury, Profesor de Negociación, Harvard Law School)
Tanto la negociación como el ceremonial son considerados arte y ciencia, ambas tienen dos características comunes: son consideradas transdisciplinas y no son estáticas, es decir, incorporan los cambios en todas sus variables. Pero entre estos dos grandes temas que sirven de título a esta exposición, existe un hilo conductor. Se trata nada menos que de la cultura.
Asistimos a diario al continuo e incesante crecimiento de la actividad negociadora en todos los ámbitos y en todos los niveles. Empresas, sindicatos, gobiernos practican y participan activamente de negociaciones utilizando principios básicos en cuanto a la preparación de sus estrategias y es aquí donde las diversas culturas entran en juego.
Como paso introductorio resulta quasi imperativo establecer o acercar una definición de cultura, término éste que procede del latín cultivar. El sentido etimológico, entonces, proporciona una primera aproximación: la cultura no se refiere a lo que viene naturalmente dado, sino a lo que se ha cultivado.
El desarrollo de una sociedad y su cultura está definido entre otros por: los aspectos geográficos, la historia de las instituciones políticas, el desarrollo económico y la estructura social. Pero también se pueden observar cinco condicionantes primarios: la raza, la lengua, la familia, la religión y la patria.
Hoy en día, y a pesar de que la globalización ha provocado un mayor trasvasamiento entre los pueblos, se pueden señalar a las siguientes como las principales culturas del planeta:
- la cultura oriental, distinguiendo entre ellas especialmente la cultura china, la hindú y la japonesa;
- la cultura árabe o islámica, y
- la cultura occidental y dentro de ésta se pueden distinguir
* la cultura europea,
* la norteamericana y
* la latinoamericana.
¿Existe un protocolo del cual pueda entenderse como global o también como cultural? O será esto una redundancia teniendo en cuenta la naturaleza misma del protocolo.
En el afán de crear escenarios propicios para el desarrollo de negociaciones exitosas, el profesional de protocolo deberá asesorar al líder del equipo negociador en los aspectos culturales de los actores de la otra parte. Le ayudará responder preguntas tales como: ¿Quién saluda primero? ¿Cómo se saluda en oriente? ¿Cómo emplear los distintos tratamientos conforme al rango?
Pues bien, ¿Cuál es, entonces, el procedimiento a seguir? En realidad, no hay recetas mágicas simplemente debemos seguir los mismos pasos tal cual lo hacemos cuando nos encontramos frente al desafío de “crear” y “recrear” cualquier tipo de reunión solicitando la información necesaria y aplicándola según corresponda.
Se plantea aquí el siguiente dilema: ¿debería el negociador mimetizarse con la otra parte para no ser percibido como una amenaza sino como un aliado? ¿Debería acaso disfrazarse de lo que no es? O ¿debería ser él mismo? El asesoramiento en estos aspectos es competencia del agente de protocolo. De todas maneras, estoy segura en que todos coincidiremos que no es necesario adoptar una imagen que no sea la propia. Todo negociador es conciente y se capacita para ser él mismo y a la vez empatizar con la otra parte respetando sus códigos culturales.
Pues bien de eso se trata, de RESPETO. En tanto y en cuanto demostremos abiertamente respeto por otra cultura, otros usos y otras costumbres, sabido es que se nos respetará de igual manera. Como verán siempre se presenta como elemento constante la reciprocidad, aquello de “dar en justicia lo que le corresponde a cada persona”, ni más ni menos.
Pero también la inducción de comportamiento, es decir, la construcción de un escenario cooperativo puede fallar, a cambio podremos sufrir –por ejemplo- un tratamiento descortés, ante esto debemos brindar -como profesionales del ceremonial- al equipo negociador todos los elementos para actuar en cada caso según corresponda.
Por Edith Pardo San Martín, Especialista Universitaria en Protocolo y Ceremonial de Estado e Internacional egresada de la Universidad de Oviedo y la Escuela Diplomática del Ministerio de Asuntos Externos de España. Directora del Instituto Superior de Protocolo de la República Argentina
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