Los actos conmemorativos del 150 aniversario de la Unidad Montada de la Guardia Urbana de Barcelona comenzaron ayer al mediodía con una rúa que recorrió el centro de la ciudad. Esta unidad fue creada en 1856 con una doble función, la estrictamente policial y la de protocolo. Los actos continuarán hoy con un gran espectáculo ecuestre en el Palau Sant Jordi.
La Guardia Urbana de Barcelona sacó ayer de paseo a su rostro más amable, su unidad montada. Los protagonistas de los carruseles ecuestres, que muchos guardan como recuerdo proustiano de la niñez, consiguieron ayer lo que difícilmente lograrán muchos de sus compañeros, el calor popular. Gajes de ser un cuerpo que sanciona administrativamente mediante las pertinentes multas.
Miles de personas se adhirieron a la rúa que la policía local organizó con motivo del 150° aniversario de su cuerpo a caballo.Haciendo bueno aquello de que si el profeta --cuyo nombre es mejor no mentar por si las moscas-- no va a la montaña, es esta la que se acerca al profeta, la celebración de la Guardia Urbana fue a buscar a los barceloneses. Y para ello nada mejor que trazar un recorrido que subiera y bajara por la Rambla para ganarse su aplauso. El desfile, que incluso robó el protagonismo a las estatuas vivientes, provocó algunas carreras, como la que hizo el cantante exgaláctico Jaume Sisa, que por ahí paseaba, por ver de cerca a los caballos.
Los tres estandartes.
La unidad montada de la Guardia Urbana, nacida el 19 de noviembre de 1856, desfiló ayer con sus 23 miembros vestidos de gala, es decir, con la casaca roja a lo policía montada del Canadá. Nueve lanceros llevaron los estandartes de la ciudad, de Catalunya y de España. Seis de ellos, más el mando, a la cabeza de la comitiva y otros tres a la cola. Y cerrando el desfile, seis coches escoba que dejaron el piso impoluto tras el paso de los caballos. Y es que esta es la unidad policial que menos contamina, pero que más ensucia.En mitad del desfile estaba la banda de música de la unidad, también a caballo.
Entre los 23 jinetes, sólo una amazona, que además tocaba los platillos en la banda lo que le exigió demostrar toda su pericia para gobernar el caballo tan sólo con sus piernas. Hubo otra amazona, en concreto entre los ocho representantes de la asociación de criadores de caballo de Menorca que se presentaron con sus pura sangre autóctonos. Sus cabriolas en la Rambla, como si fuera Ciutadella por Sant Joan, fueron especialmente celebradas.La animación corrió a cargo de un grupo de grallers y una banda de música, Los Labradores, estos a bordo de un autobús descubierto, remedo del que usó Carlinhos Brown en el paseo de Gràcia en el 2004.
Cada vez que la banda inició una batucada, más de uno alargó el cuello para ver si Jordi Hereu, el nuevo alcalde, aparecía encima del autobús ataviado con una ceñida camiseta, como hizo su antecesor, Joan Clos, con el músico brasileño. Pero no. Las costumbres, y los asesores, han cambiado en el consistorio.La comitiva, que salió del parque de la Ciutadella a mediodía, lugar al que volvieron a las dos en punto, vivió momentos puramente mestizos. Así, simultáneamente, mientras en la cabeza se podía oír el pasodoble Amparito Roca, más atrás los grallers versionaban una canción de la Eléctrica Dharma.
Fuente:El Periódico y ABC
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