domingo, noviembre 5

Isabel II podría no asistir a la apertura oficial del parlamento británico


La reina Isabel II de Inglaterra, de 80 años, podría faltar a la apertura oficial del Parlamento británico, debido a que el peso de la corona de diamantes y la capa de armiño que debe llevar para dicha ocasión empeorarán sus dolores agudos de espalda. Según escribió hoy el tabloide inglés The Sun, los cortesanos allegados a la monarca han preparado un plan de contingencia en caso que Isabel II no pueda participar del tradicional "Queen’s Speech", el próximo 15 de noviembre. Las autoridades del Palacio de Buckingham consideran que la Corona Imperial y la Capa de Armiño dejarán a la anciana soberana "en agonía". "La condición de Su Majestad es que se siente muy incómoda.

Ella considera la Apertura de Estado del Parlamento como algo extremadamente serio, pero sería una verdadera agonía por el dolor de espalda que la aqueja actualmente", agregó. La monarca se lesionó músculos de la espalda durante su estadía de vacaciones en el castillo de Balmoral, en Escocia. Los médicos reales le aconsejaron a Isabel II descansar hasta recuperarse de los dolores, que la obligaron a cancelar una seguidilla de galas oficiales, aperturas de Estado e inauguraciones de instituciones y hasta del Estado Emiratos del club Arsenal, en Londres. En caso que la soberana decida no participar de la apertura del Parlamento, ocuparán su lugar el Lord Chancellor, lord Peter Falconer y algunos lores de la Cámara Alta, y no la reemplazará su hijo y heredero al trono, el príncipe Carlos.

Larga tradición
La apertura del Parlamento es uno de los actos más tradicionales de Gran Bretaña, que se repite cada noviembre desde hace varios siglos. Durante ese evento de pompa y tradición, que dura dos horas, la Reina ingresa ataviada con su capa de armiño, la corona imperial y el cetro de diamantes al trono dorado de la Cámara de los Lores, donde lee los planes del gobierno para el próximo período legislativo.

Ese documento está escrito por funcionarios de la residencia oficial de Downing Street, bajo órdenes del Primer Ministro de turno, en este caso Tony Blair. Para cada ocasión, la monarca debe viajar desde el Palacio de Buckingham hasta el Parlamento de Westminster en un carruaje dorado, restaurado en 1989 por problemas con la suspensión. Además de la corona imperial, que cuenta con 2.868 diamantes, 273 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas, cinco rubíes, y el Zafiro de St. Edward, tomado del anillo medieval de Eduardo el Confesor, la Reina debe vestir el color, instaurado por el rey Eduardo III en el siglo XIV.

La soberana suele ponerse la corona varias horas antes de comenzar dicha ceremonia, para así acostumbrarse el peso que debe soportar. En ese sentido, un paje real contó a la prensa haber visto a Isabel II tomando su desayuno y leyendo los periódico con la corona imperial puesta, para practicar para esa ocasión.
Fuente:IBLNews

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