«Es un escudo intutil, que representa un auténtico monumento a la desidia y dejadez», afirma el experto en Heráldica Ignacio Koblischek en este estudio en el que detalla algunos de sus fallosEl escudo de la Diputación de Sevilla acumula hasta 25 errores, según un prestigioso diplomado en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria, Ignacio Koblischek. Diseño, significado y soporte son para Koblischek los tres factores fundamentales en los que se sustenta la heráldica.
Según este experto, en estos cánones, «el diseño se caracteriza por ser expresivo, sencillo y, al mismo tiempo, llamativo; el significado se centra sobre todo en representar a territorios y linajes, y el soporte, que es el escudo, permite a su vez combinar varios emblemas en uno solo, rasgo fundamental de la heráldica que no se da en otros sistemas emblemáticos».
El escudo pretende, explica Koblischek, «identificar a los distintos territorios, linajes, instituciones, etc... de una forma sencilla, clara, expresiva, sobria, elegante, permanente y única. Efecto que consigue creando en el espectador un impacto visual. Todos los recursos que la heráldica utiliza para conseguirlo son de sentido común: contraste entre colores, simetría, mayor tamaño posible de sus figuras, utilizar cuantos menos colores y figuras mejor, etcétera. Estos recursos, a los que debemos el éxito de esta Ciencia, se denominan «usos heráldicos», por lo que para organizar un nuevo escudo habrá que tenerlos muy presentes».
«Las diputaciones provinciales, por tanto, utilizarán un escudo que las identifique y represente, con las connotaciones antes mencionadas: sencillo, expresivo, sobrio, único, etcétera». Sin embargo, no se ha hecho así con el de la Diputación de la provincia de Sevilla, del que detalla Koblischek estos 25 principales fallos:
Error nº 1: Si la Diputación quiere identificarse y diferenciarse del resto de provincias e instituciones mediante un escudo, éste debe ser de nueva creación, ya que si utiliza uno ya existente se crearía confusión entre las dos entidades. Aunque lo que hemos dicho parece básico, en el caso concreto de la Diputación de Sevilla, en vez de organizarse (diseñarse) uno nuevo se copió el de la ciudad de Sevilla.
Error nº 2: Lógicamente la confusión iba a ser total, por lo que se decidió añadirle, como ornamento exterior, un collar con los diez escudos cabezas de partido judicial. No sabemos qué criterio se usó para utilizar la división judicial como representativa de la provincia. Del mismo modo podría haberse tomado como identificativo un determinado número de habitantes por municipio o cualquier otro baremo. Se intentó solucionar un error con otro todavía más grande. Luego veremos las consecuencias de este collar.
Error nº 3: La Diputación tomó como suyo el escudo de la ciudad de Sevilla, pero no se preocupó, siquiera, de saber si el escudo de esta ciudad estaba a su vez bien organizado, si tenía fijados los esmaltes, o incluso si usaba un modelo único. Recordemos que actualmente se usan varios modelos de escudo: el usado por el Ayuntamiento (el oficial), por la Policía Local o por los taxis. Eso sin contar que dicho escudo ha sufrido, aunque manteniendo como constantes a San Fernando, San Leandro, San Isidoro y el NO 8 DO, innumerables cambios: a veces se ha representado con el pórtico gótico, otras con los hermanos santos sentados, a San Fernando con silla de tijera o baldaquino, o incluso en tienda de campaña, el NO 8 DO como timbre o colocado en punta, etcétera.
Error nº 4: Tuvo la mala fortuna la Diputación de copiar uno de los modelos de escudo menos afortunados de la ciudad de Sevilla y con ello arrastrar durante su trayectoria todo un cúmulo de depropósitos que con el «Manual de Identidad Corporativa» se intentan fijar para siempre.
Error nº 5: La boca del escudo es el contorno del escudo. Sus medidas establecidas son de 5 de ancho por 6 de alto. No por capricho, obedece a varias razones. Entre ellas, como nos dice Luis Messía, por ser ésta la proporción del escudo que «debía tapar desde el muslo o rodilla hasta la altura de los ojos, y en sentido horizontal, el pecho y ambos hombros» en una población cuya altura media en el siglo XII era de 1,50 a 1,60.
Error nº 6: La boca del escudo utilizada en este caso no es la característica del ámbito peninsular. La forma tradicional española es la rectangular en su parte superior y circular en la inferior y no la terminada en punta, más propia del ámbito francés.
Error nº 7: Las líneas de contorno y separación de la campaña tiene un excesivo grosor que, sorprendentemente, van coloreadas en oro (amarillo). Nada significan y entorpecen y dificultan la visibilidad de todo el escudo.
Error nº 8: A San Fernando se le representa llevando en su mano siniestra un «mundo de azur con ecuador y semimeridiano de oro, sumado de una cruz de lo mismo», no una simple «bola o mundo de oro (amarillo)».
Error nº 9: La corona de San Fernando no debe ser rematada por una cruz. La cruz para simbolizar que es un rey cristiano ya está representada en el orbe que lleva en su mano siniestra.
Error nº 10: Los santos van vestidos de pontifical, que normalmente y en el caso concreto de estos dos santos, por la iconografía consultada es de oro y plata (amarillo y blanco), no de rojo.
Error nº 11: Tanto el pórtico, como el suelo ajedrezado son accesorios. El ajedrezado no aparece nunca combinado con el pórtico gótico. El escudo con el pórtico gótico se utilizó en los períodos de 1925 y 1934, nunca con el suelo ajedrezado (consultar las imágenes de los escudos de Sevilla publicadas «Ayuntamiento de Sevilla», páginas 93, 94, 95 y 96), en todo caso con escalinata.
Error nº 12: La campaña con el «nomadejado», sorprendentemente, es de sinople (verde). Normalmente los colores empleados son el azur (azul) o gules (rojo). Además, consideramos al NO 8 DO como símbolo personalísimo de la ciudad de Sevilla.
Error nº 13: En la representación del «nomadejado» en blanco y negro, las letras van en negro y la madeja en blanco. No entendemos esta diferenciación pues en color ambas son amarillas.
Error nº 14: La corona que debería utilizar la Diputación es la real cerrada, en vez de la abierta. Por varios motivos: ser la vigente en el momento de su creación y por ser actualmente la correspondiente a S.M. el Rey don Juan Carlos I y estar la provincia de Sevilla bajo su soberanía.
Error nº 15: Aun así, la corona que ostenta es inventada. Tanto la corona real abierta como la real cerrada llevan hojas de acanto, en vez de flores de lis.
Error nº 16; La pedrería que lleva la corona no le corresponde.
Error nº 17: En cuanto al diseño de la corona, el aro de ésta no debe ser mayor que el ancho del escudo.
Error nº 18: Como hemos visto, el collar con los escudos de los municipios de cabeza de partido no es suficientemente identificativo de la provincia.
Error nº 19: Los escudos representados, al ser tan diminuto el espacio que se les deja, no pueden representarse en su totalidad, por lo que se recurre a la simplificación. Cuando el escudo de un municipio se simplifica (reduciendo cuarteles, figuras, etcétera) inmediatamente deja de ser el escudo de ese municipio para convertirse en otro totalmente distinto.
Error nº 20: Así ocurre con la mayoría de estos escudos. El de Marchena, por ejemplo, no es el de Marchena, nada tiene que ver con el real. Es más, no hayninguna disposición que mantenga que Marchena tiene un escudo simplificado.
Error nº 21: Del de Cazalla de la Sierra se dice que son dos palomas cuando en verdad son dos garzas reales, etcétera.
Error nº 22: En cuanto a la descripción del escudo, es todo un desastre, copiamos literalmente: «se basa en el escudo de la ciudad de Sevilla: las figuras de San Fernando, San Isidoro y San Leandro, enmarcadas en una arquitectura gótica, ocupan el primer cuartel, en la campaña aparece el lema NO 8 DO. Al timbre corona real abierta. Además está rodeado de un collar formado de diez escudetes que representan los municipios que fueron cabeza de partidos judiciales en la época de su creación (hacia 1927). Éstos, en sentido horario, son los Carmona, Utrera, Cazalla de la Sierra, Lora del Río, Sanlúcar la Mayor, Estepa, Marchena, Morón de la Frontera, Osuna Ecija». No hace falta ningún comentario, la descripción se define por sí sola.
Error nº 23: Saber quién es San Leandro y quién es San Isidoro es una cuestión que sólo puede responderse atendiendo a la descripción del escudo. Ambos hermanos son obispos, santos y Padres de la Iglesia (por eso llevan el libro en la mano). El hermano que antes se cite será el que vaya a la diestra de San Fernando. Desde Ortiz de Zúñiga se cita primero a San Leandro, no a San Isidoro como en el «Manual», y lo cita este autor de esta manera «de este año es el más antiguo sello del Cabildo Secular en que he visto a San Fernando sentado en su trono y a los lados a los dos Santos Arzobispos Leandro e Isidoro».
Error nº 24: El actual escudo de la Diputación de Sevilla es un escudo inútil. No representa suficientemente a la provincia y no lo hace con claridad (en el propio «Manual» los ejemplos que se acompañan para el uso del escudo en membretes da como resultado una «mancha» en la que es imposible ver algo, por lo que se ha tenido que adoptar un logotipo que lo sustituya) además de representar un auténtico monumento a la desidia y dejadez, por no utilizar otros términos.
Error nº 25: Hemos dejado para el final el principal error en la organización de este escudo que no es otro que el no contar con especialistas a la hora de realizar este «Manual». Sabemos que todo lo dicho le va a dar exactamente igual al responsable institucional. Ojalá nos equivoquemos. Si con este «Manual» se intentó dar una imagen culta, moderna e innovadora de la provincia, se ha conseguido todo lo contrario. Pensamos que la Diputación de Sevilla tiene la obligación de representarse con un escudo digno, ya que también representa a todos los sevillanos.
«Es un escudo inútil, que representa un auténtico monumento a la desidia y dejadez», afirma el experto en Heráldica Ignacio Koblischek en este estudio en el que detalla algunos de sus fallos.
Según este experto, en estos cánones, «el diseño se caracteriza por ser expresivo, sencillo y, al mismo tiempo, llamativo; el significado se centra sobre todo en representar a territorios y linajes, y el soporte, que es el escudo, permite a su vez combinar varios emblemas en uno solo, rasgo fundamental de la heráldica que no se da en otros sistemas emblemáticos».
El escudo pretende, explica Koblischek, «identificar a los distintos territorios, linajes, instituciones, etc... de una forma sencilla, clara, expresiva, sobria, elegante, permanente y única. Efecto que consigue creando en el espectador un impacto visual. Todos los recursos que la heráldica utiliza para conseguirlo son de sentido común: contraste entre colores, simetría, mayor tamaño posible de sus figuras, utilizar cuantos menos colores y figuras mejor, etcétera. Estos recursos, a los que debemos el éxito de esta Ciencia, se denominan «usos heráldicos», por lo que para organizar un nuevo escudo habrá que tenerlos muy presentes».
«Las diputaciones provinciales, por tanto, utilizarán un escudo que las identifique y represente, con las connotaciones antes mencionadas: sencillo, expresivo, sobrio, único, etcétera». Sin embargo, no se ha hecho así con el de la Diputación de la provincia de Sevilla, del que detalla Koblischek estos 25 principales fallos:
Error nº 1: Si la Diputación quiere identificarse y diferenciarse del resto de provincias e instituciones mediante un escudo, éste debe ser de nueva creación, ya que si utiliza uno ya existente se crearía confusión entre las dos entidades. Aunque lo que hemos dicho parece básico, en el caso concreto de la Diputación de Sevilla, en vez de organizarse (diseñarse) uno nuevo se copió el de la ciudad de Sevilla.
Error nº 2: Lógicamente la confusión iba a ser total, por lo que se decidió añadirle, como ornamento exterior, un collar con los diez escudos cabezas de partido judicial. No sabemos qué criterio se usó para utilizar la división judicial como representativa de la provincia. Del mismo modo podría haberse tomado como identificativo un determinado número de habitantes por municipio o cualquier otro baremo. Se intentó solucionar un error con otro todavía más grande. Luego veremos las consecuencias de este collar.
Error nº 3: La Diputación tomó como suyo el escudo de la ciudad de Sevilla, pero no se preocupó, siquiera, de saber si el escudo de esta ciudad estaba a su vez bien organizado, si tenía fijados los esmaltes, o incluso si usaba un modelo único. Recordemos que actualmente se usan varios modelos de escudo: el usado por el Ayuntamiento (el oficial), por la Policía Local o por los taxis. Eso sin contar que dicho escudo ha sufrido, aunque manteniendo como constantes a San Fernando, San Leandro, San Isidoro y el NO 8 DO, innumerables cambios: a veces se ha representado con el pórtico gótico, otras con los hermanos santos sentados, a San Fernando con silla de tijera o baldaquino, o incluso en tienda de campaña, el NO 8 DO como timbre o colocado en punta, etcétera.
Error nº 4: Tuvo la mala fortuna la Diputación de copiar uno de los modelos de escudo menos afortunados de la ciudad de Sevilla y con ello arrastrar durante su trayectoria todo un cúmulo de depropósitos que con el «Manual de Identidad Corporativa» se intentan fijar para siempre.
Error nº 5: La boca del escudo es el contorno del escudo. Sus medidas establecidas son de 5 de ancho por 6 de alto. No por capricho, obedece a varias razones. Entre ellas, como nos dice Luis Messía, por ser ésta la proporción del escudo que «debía tapar desde el muslo o rodilla hasta la altura de los ojos, y en sentido horizontal, el pecho y ambos hombros» en una población cuya altura media en el siglo XII era de 1,50 a 1,60.
Error nº 6: La boca del escudo utilizada en este caso no es la característica del ámbito peninsular. La forma tradicional española es la rectangular en su parte superior y circular en la inferior y no la terminada en punta, más propia del ámbito francés.
Error nº 7: Las líneas de contorno y separación de la campaña tiene un excesivo grosor que, sorprendentemente, van coloreadas en oro (amarillo). Nada significan y entorpecen y dificultan la visibilidad de todo el escudo.
Error nº 8: A San Fernando se le representa llevando en su mano siniestra un «mundo de azur con ecuador y semimeridiano de oro, sumado de una cruz de lo mismo», no una simple «bola o mundo de oro (amarillo)».
Error nº 9: La corona de San Fernando no debe ser rematada por una cruz. La cruz para simbolizar que es un rey cristiano ya está representada en el orbe que lleva en su mano siniestra.
Error nº 10: Los santos van vestidos de pontifical, que normalmente y en el caso concreto de estos dos santos, por la iconografía consultada es de oro y plata (amarillo y blanco), no de rojo.
Error nº 11: Tanto el pórtico, como el suelo ajedrezado son accesorios. El ajedrezado no aparece nunca combinado con el pórtico gótico. El escudo con el pórtico gótico se utilizó en los períodos de 1925 y 1934, nunca con el suelo ajedrezado (consultar las imágenes de los escudos de Sevilla publicadas «Ayuntamiento de Sevilla», páginas 93, 94, 95 y 96), en todo caso con escalinata.
Error nº 12: La campaña con el «nomadejado», sorprendentemente, es de sinople (verde). Normalmente los colores empleados son el azur (azul) o gules (rojo). Además, consideramos al NO 8 DO como símbolo personalísimo de la ciudad de Sevilla.
Error nº 13: En la representación del «nomadejado» en blanco y negro, las letras van en negro y la madeja en blanco. No entendemos esta diferenciación pues en color ambas son amarillas.
Error nº 14: La corona que debería utilizar la Diputación es la real cerrada, en vez de la abierta. Por varios motivos: ser la vigente en el momento de su creación y por ser actualmente la correspondiente a S.M. el Rey don Juan Carlos I y estar la provincia de Sevilla bajo su soberanía.
Error nº 15: Aun así, la corona que ostenta es inventada. Tanto la corona real abierta como la real cerrada llevan hojas de acanto, en vez de flores de lis.
Error nº 16; La pedrería que lleva la corona no le corresponde.
Error nº 17: En cuanto al diseño de la corona, el aro de ésta no debe ser mayor que el ancho del escudo.
Error nº 18: Como hemos visto, el collar con los escudos de los municipios de cabeza de partido no es suficientemente identificativo de la provincia.
Error nº 19: Los escudos representados, al ser tan diminuto el espacio que se les deja, no pueden representarse en su totalidad, por lo que se recurre a la simplificación. Cuando el escudo de un municipio se simplifica (reduciendo cuarteles, figuras, etcétera) inmediatamente deja de ser el escudo de ese municipio para convertirse en otro totalmente distinto.
Error nº 20: Así ocurre con la mayoría de estos escudos. El de Marchena, por ejemplo, no es el de Marchena, nada tiene que ver con el real. Es más, no hayninguna disposición que mantenga que Marchena tiene un escudo simplificado.
Error nº 21: Del de Cazalla de la Sierra se dice que son dos palomas cuando en verdad son dos garzas reales, etcétera.
Error nº 22: En cuanto a la descripción del escudo, es todo un desastre, copiamos literalmente: «se basa en el escudo de la ciudad de Sevilla: las figuras de San Fernando, San Isidoro y San Leandro, enmarcadas en una arquitectura gótica, ocupan el primer cuartel, en la campaña aparece el lema NO 8 DO. Al timbre corona real abierta. Además está rodeado de un collar formado de diez escudetes que representan los municipios que fueron cabeza de partidos judiciales en la época de su creación (hacia 1927). Éstos, en sentido horario, son los Carmona, Utrera, Cazalla de la Sierra, Lora del Río, Sanlúcar la Mayor, Estepa, Marchena, Morón de la Frontera, Osuna Ecija». No hace falta ningún comentario, la descripción se define por sí sola.
Error nº 23: Saber quién es San Leandro y quién es San Isidoro es una cuestión que sólo puede responderse atendiendo a la descripción del escudo. Ambos hermanos son obispos, santos y Padres de la Iglesia (por eso llevan el libro en la mano). El hermano que antes se cite será el que vaya a la diestra de San Fernando. Desde Ortiz de Zúñiga se cita primero a San Leandro, no a San Isidoro como en el «Manual», y lo cita este autor de esta manera «de este año es el más antiguo sello del Cabildo Secular en que he visto a San Fernando sentado en su trono y a los lados a los dos Santos Arzobispos Leandro e Isidoro».
Error nº 24: El actual escudo de la Diputación de Sevilla es un escudo inútil. No representa suficientemente a la provincia y no lo hace con claridad (en el propio «Manual» los ejemplos que se acompañan para el uso del escudo en membretes da como resultado una «mancha» en la que es imposible ver algo, por lo que se ha tenido que adoptar un logotipo que lo sustituya) además de representar un auténtico monumento a la desidia y dejadez, por no utilizar otros términos.
Error nº 25: Hemos dejado para el final el principal error en la organización de este escudo que no es otro que el no contar con especialistas a la hora de realizar este «Manual». Sabemos que todo lo dicho le va a dar exactamente igual al responsable institucional. Ojalá nos equivoquemos. Si con este «Manual» se intentó dar una imagen culta, moderna e innovadora de la provincia, se ha conseguido todo lo contrario. Pensamos que la Diputación de Sevilla tiene la obligación de representarse con un escudo digno, ya que también representa a todos los sevillanos.
«Es un escudo inútil, que representa un auténtico monumento a la desidia y dejadez», afirma el experto en Heráldica Ignacio Koblischek en este estudio en el que detalla algunos de sus fallos.
Fuente:ABC