El bautizo se celebró el sábado, en la Nunciatura de la Santa Sede en la capital francesa y por el nuncio, Fortunato Baldelli, previa autorización especial del Vaticano. Según ha sabido El Confidencial Digital, la niña ha quedado inscrita en el registro de la Nunciatura como Alteza Real y con el título de Princesa.
A partir de ahora, cuando se pida certificación de dicha inscripción, la Nunciatura Apostólica extenderá documento acreditativo con tal denominación, un requisito necesario, por ejemplo, para el ingreso en la Orden de Malta, a la que pertenece su padre con un título que se aplica a reyes y herederos.
En el bautizo se utilizó una pila bautismal del siglo XVIII, prestada a tal efecto por un amigo de la familia. Además de los Vargas y los Franco, asistieron los príncipes Carlos Manuel y Constanza de Borbón Parma; el duque de Bauffremont, presidente del Instituto de la Casa de Borbón; el ex ministro Jean Foyer y otras personalidades francesas.
Al día siguiente, domingo, en un acto organizado por los legitimistas franceses, la pequeña Eugenia fue presentada oficialmente como Princesa de Francia.
Igual que ocurriera con la boda de Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas, celebrada en Santo Domingo en noviembre de 2004, al bautizo no asistió ningún representante de la Casa Real española.
