La princesa Masako de Japón, aquejada desde hace varios años de una depresión, cumplió hoy su primera actividad oficial fuera de Tokio de los últimos siete meses, al acudir a un acto para concienciar sobre la defensa del medio ambiente. Según informó la agencia nipona Kyodo, Masako y su esposo, el príncipe heredero Naruhito, visitaron Azumino, en la provincia de Nagano (centro de Japón), y plantaron cerezos en el parque nacional.
Masako, de 43 años y conocida en Japón como la "princesa triste", fue recibida con aplausos por las cerca de 1.300 personas que allí se encontraban y a las que dedicó una sonrisa, de acuerdo con el relato de Kyodo. En la ceremonia de hoy, el príncipe Naruhito, de 47 años, pronunció un discurso, en el que pidió a los presentes que se conciencien sobre la necesidad de preservar el medio ambiente y luchar contra el cambio climático. La última vez que la japonesa Masako se había desplazado fuera de Tokio para una actividad oficial fue en octubre pasado, cuando visitó la provincia de Nara.
Desde 2003 la princesa apenas participa en actividades oficiales y un año después la Casa Imperial japonesa reconoció que sufría una depresión, atribuida a su incapacidad para dar a luz un heredero varón y a su falta de adaptación al duro protocolo de palacio. Masako y Naruhito, que se casaron en 1993, sólo tienen una hija, Aiko, de cinco años, y el futuro heredero al Trono del Crisantemo será el pequeño príncipe Hisahito, nacido en septiembre y único descendiente varón del emperador Akihito.
El príncipe Naruhito será operado el próximo miércoles para extirparle un pólipo benigno en el duodeno, según informó esta semana la Casa Imperial. El pólipo fue detectado cuando el príncipe y su esposa fueron sometidos a un examen de salud rutinario en marzo pasado.