martes, junio 19

Nuestras banderas

La ciencia de la vexilología estudia y regula las dimensiones, colores y metales de las banderas y las figuras o escudos que en ellas campean, procurando que se ajusten a las leyes de la heráldica y que evoquen a quien representan, dentro del marco histórico. Nada se dice de lo que da ya por supuesto, algo tan obvio, como la riqueza de sus telas, la nitidez de los colores o la conservación de las mismas. Es muy hermoso ver una bandera flameando al viento. Mejor cuando la finura de sus tejidos, sedas o tafetanes las hacen más gráciles a la menor brisa que reciban. Los colores desvaídos por la polución, el exceso de sol o de alguna lluvia, poca, las marchitan como ocurre con la flores que no se riegan. A las banderas hay que cuidarlas, renovándolas cuando fuere preciso. Para ello, y evitar olvidos, es bueno contratar a una empresa especializada, como se hace con los jardines, que, cuando están bien cuidados, parecen pinceladas de colores sobre el césped. Así queremos que estén nuestras banderas, como cuadros prendidos al viento y cuyo coste al erario, en comparación, es muy poco.
Fuente:laverdad.es