Los buenos modales deben llevarse incluso cuando hablamos por teléfono. A continuación les doy una serie de consejos para no incurrir en errores a la hora de conversar vía telefónica.
Si usted es quien está llamando, jamás inicie el diálogo preguntando “¿Con quién hablo?”. Lo correcto es que la persona que llama se identifique.
Recuerde: para una conversación telefónica utilice las cuatro “C”. Hablar claro, concreto, cordial y conciso.
Demuestre seguridad mientras hable por teléfono, si quiere relacionarse exitosamente.
Su postura y su actitud son importantes, todo esto es “imagen”, existe una ventana por la que se le ve y se le siente. Cómo se sienta, cómo luce, si cambia de postura, qué hace, todo se refleja e implica lo que siente y cómo lo ven los demás.
Si por alguna razón tiene que dejar en espera a alguien, no deje caer el teléfono descuidadamente sobre una superficie dura.
La persona que llama es la que se despide primero y la que recibió la llamada espera a que así lo haga la otra.
En casa ajena no debe usar el teléfono sin pedirlo antes, aunque esté a la vista y desocupado.
Si debe hacer una llamada de larga distancia desde una casa que no es la suya, debe pedir a la operadora llamada con “tiempo y costo” y antes de retirarse, cancele la deuda.
Si llama a un número y le contestan que se ha equivocado, ofrezca excusas en lugar de colgar el teléfono.
Llame para comunicar lo que tenga que decir y despídase. Para eso es el teléfono.
No llame a la hora de las comidas, ni antes de las comidas, ni antes de las ocho de la mañana o después de las diez de la noche, salvo excepciones.
Cuando tome el teléfono y conteste sonría: la voz se torna agradable, acogedora y lo más importante esto se percibe.
La persona que llamó es la que debe volver a llamar si se interrumpe la llamada.
Si le responde el contestador automático no cuelgue asustado, sea directo en el mensaje y no se olvide de mencionar su nombre y su número de teléfono.
Recuerde las “palabras mágicas” en el teléfono “Por favor” y “Gracias”, y si comete una equivocación pida disculpas.
Aunque esté enojado, no cuelgue el teléfono. Resulta de pésimo gusto, además de demostrar que no se tiene autocontrol.
No escuche jamás por otro teléfono conversaciones ajenas.
La columnista es experta en Protocolo, Organización de Actos y Ceremonial. Avalada por el Consejo Superior de Comunicación y Relaciones Públicas de España y la Indiana University of Pennsylvania
Fuente:Las sociales
Si usted es quien está llamando, jamás inicie el diálogo preguntando “¿Con quién hablo?”. Lo correcto es que la persona que llama se identifique.
Recuerde: para una conversación telefónica utilice las cuatro “C”. Hablar claro, concreto, cordial y conciso.
Demuestre seguridad mientras hable por teléfono, si quiere relacionarse exitosamente.
Su postura y su actitud son importantes, todo esto es “imagen”, existe una ventana por la que se le ve y se le siente. Cómo se sienta, cómo luce, si cambia de postura, qué hace, todo se refleja e implica lo que siente y cómo lo ven los demás.
Si por alguna razón tiene que dejar en espera a alguien, no deje caer el teléfono descuidadamente sobre una superficie dura.
La persona que llama es la que se despide primero y la que recibió la llamada espera a que así lo haga la otra.
En casa ajena no debe usar el teléfono sin pedirlo antes, aunque esté a la vista y desocupado.
Si debe hacer una llamada de larga distancia desde una casa que no es la suya, debe pedir a la operadora llamada con “tiempo y costo” y antes de retirarse, cancele la deuda.
Si llama a un número y le contestan que se ha equivocado, ofrezca excusas en lugar de colgar el teléfono.
Llame para comunicar lo que tenga que decir y despídase. Para eso es el teléfono.
No llame a la hora de las comidas, ni antes de las comidas, ni antes de las ocho de la mañana o después de las diez de la noche, salvo excepciones.
Cuando tome el teléfono y conteste sonría: la voz se torna agradable, acogedora y lo más importante esto se percibe.
La persona que llamó es la que debe volver a llamar si se interrumpe la llamada.
Si le responde el contestador automático no cuelgue asustado, sea directo en el mensaje y no se olvide de mencionar su nombre y su número de teléfono.
Recuerde las “palabras mágicas” en el teléfono “Por favor” y “Gracias”, y si comete una equivocación pida disculpas.
Aunque esté enojado, no cuelgue el teléfono. Resulta de pésimo gusto, además de demostrar que no se tiene autocontrol.
No escuche jamás por otro teléfono conversaciones ajenas.
La columnista es experta en Protocolo, Organización de Actos y Ceremonial. Avalada por el Consejo Superior de Comunicación y Relaciones Públicas de España y la Indiana University of Pennsylvania
Fuente:Las sociales