miércoles, febrero 27

La iglesia de Villanañe acogerá el Museo de Heráldica de Álava


Lo que no ha podido hacer el tiempo, lo puede conseguir la ley de accesibilidad. La Torre de Mendoza, una de las construcciones medievales más emblemáticas de la provincia y sede del Museo de Heráldica durante mucho tiempo, está cerrada desde marzo y la Diputación proyecta trasladar sus fondos a otro edificio importante, la iglesia de Santa María de Villanañe, junto a l palacio de los Varona, familia a la que perteneció antiguamente.El Departamento foral de Cultura, según ha podido saber El CORREO, ultima en la actualidad el proyecto museístico del templo de Valdegovía que pertenece a la Diputación, carece de culto, fue restaurado recientemente y no tenía un destino concreto, aunque se había barajado como centro cultural para este municipio. Aún no se conocen las fechas para la apertura del museo.La medida del cierre de la Torre de Mendoza se tomó, según fuentes de la Diputación, ante la imposibilidad de acometer obras para el acceso de las personas con movilidad reducida en un edificio catalogado como monumento, construido en el siglo XIII, tras la participación del señor feudal, Íñigo López de Mendoza en la batalla de las Navas de Tolosa. Fue restaurado en la década de los sesenta por la propia institución foral, ante su acusado deterioro y tras un acuerdo con las diferentes familias que comparten la propiedad del castillo, Martínez de Aragón y Echanove. Los fondos del museo provenían de una campaña de recogida de escudos en peligro de desaparición y de donaciones particulares. Además de 40 blasones de la heráldica alavesa, se podía contemplar una exposición de trajes medievales de la zona.Todavía son muchos los turistas, especialmente los domingos, que tratan de visitar el museo de Mendoza, pero se encuentran con la puerta cerrada, sin ninguna explicación.

«Casa de miedo»

Algunos vecinos de la histórica villa alavesa han denunciado el abandono y el deterioro del castillo, el nacimiento de vegetación en sus muros, la falta de iluminación nocturna, que «han convertido el lugar en una casa de miedo», según el testimonio de una residente que pide mantener el anonimato.A pesar de que hoy día pudiera parecerlo, la de Mendoza no era una torre aislada, sino que completaba un conjunto de torres que formaban un pequeño campo fortificado. Así, en Martioda, Mendibil, Estarrona y Hueto Abajo también se ubicaban torres, quedando tan sólo en pie la primera de ellas.El problema que se cierne ahora sobre esta fortificación es su futuro uso, dado que el Museo de Heráldica garantizaba un mínimo mantenimiento. La Diputación no ha decidido todavía qué destino puede tener este castillo medieval, cuna de una de las grandes familias aristocráticas del territorio alavés que han brillado en la historia de España y de América.