Hasta la fecha, únicamente había precedentes de beatificaciones sin presencia papal en Italia, Polonia y México.
La ceremonia ha estado presidida por el cardenal portugués Monseñor José Saraiva, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos y el delegado papal para esta beatificación, que ha estado acompañado por los obispos vascos, entre ellos el Obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, así como por una destacada representación de la congregación y el nuncio.
También han asistido el presidente del Senado, Javier Rojo; el alcalde de la capital vizcaína, Iñaki Azkuna, así como los consejeros del Gobierno vasco Gabriel Inclán y Esther Larrañaga, y el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, entre otros miembros de la vida política y social vasca.
Además, la beatificación ha reunido en Bilbao a unos dos mil peregrinos llegados de distintos lugares, algunos de ellos de China, Filipinas, Congo o Zambia, la mayoría de los cuales han tenido que seguir el acto a través de una pantalla de televisión colocada en el exterior de la catedral ya que el templo no podía albergar a los numerosos asistentes.
El acto, que ha durado más de hora y media, ha comenzado con unos ritos iniciales, saludos y actos penitenciales, a los que ha seguido la lectura de la carta apostólica por la que Benedicto XVI declara beata a la misionera bilbaína y establece el 24 de julio como fecha de celebración de su fiesta.
Tras estas palabras, se descubrió una enorme foto de Margarita María que estaba colocada en el altar, momento en el que todos los asistentes prorrumpieron en un aplauso. Después, el Obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, expresó su agradecimiento al Papa y aseguró que "nos deja un regalo inestimable; nos hace felices y nos llena de gozo que una hija de esta iglesia haya sido beatificada en este templo. Es un día inolvidable -dijo- y un hito en la historia de nuestra diócesis".
Posteriormente se desarrolló la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística, seguida de la comunión y del rito de despedida. Como canto final de la ceremonia, todos los presentes entonaron el himno a la Virgen de Begoña, patrona de Vizcaya. Margarita María López de Maturana nació en 1884 en el Casco Viejo de Bilbao con el nombre de Pilar y en su adolescencia fue internada en un colegio que unas monjas mercedarias tenían en Berriz donde pronunció sus votos con 19 años, según la biografía facilitada por el Obispado de Bilbao.
El origen de su vocación misionera se concreta en 1919 cuando dos misioneras en China e India visitaron el convento de Berriz. El 19 de septiembre de 1926 salió de dicho convento el primer grupo de misioneras hacia Wuhu (China) y el 23 de mayo de 1930 se cumplió "el sueño" de la religiosa de transforma el convento de clausura en un instituto misionero.
La monja misionera dio dos veces la vuelta al mundo y murió el 23 de julio de 1934, dos días antes de cumplir 50 años. Diez años después de su muerte comenzó en la Diócesis de Vitoria el Proceso Ordinario Informativo para su Causa de Beatificación.
El 16 de marzo de 1987, Juan Pablo II la proclamó Venerable y el pasado 28 de abril, el Papa Benedicto XVI firmó el decreto que dio paso a la beatificación. En la actualidad, las Mercedarias Misioneras de Berriz son sesenta en dicho municipio y medio millar repartidas por el todo el mundo
Fuente:Deia.com
La ceremonia ha estado presidida por el cardenal portugués Monseñor José Saraiva, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos y el delegado papal para esta beatificación, que ha estado acompañado por los obispos vascos, entre ellos el Obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, así como por una destacada representación de la congregación y el nuncio.
También han asistido el presidente del Senado, Javier Rojo; el alcalde de la capital vizcaína, Iñaki Azkuna, así como los consejeros del Gobierno vasco Gabriel Inclán y Esther Larrañaga, y el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, entre otros miembros de la vida política y social vasca.
Además, la beatificación ha reunido en Bilbao a unos dos mil peregrinos llegados de distintos lugares, algunos de ellos de China, Filipinas, Congo o Zambia, la mayoría de los cuales han tenido que seguir el acto a través de una pantalla de televisión colocada en el exterior de la catedral ya que el templo no podía albergar a los numerosos asistentes.
El acto, que ha durado más de hora y media, ha comenzado con unos ritos iniciales, saludos y actos penitenciales, a los que ha seguido la lectura de la carta apostólica por la que Benedicto XVI declara beata a la misionera bilbaína y establece el 24 de julio como fecha de celebración de su fiesta.
Tras estas palabras, se descubrió una enorme foto de Margarita María que estaba colocada en el altar, momento en el que todos los asistentes prorrumpieron en un aplauso. Después, el Obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, expresó su agradecimiento al Papa y aseguró que "nos deja un regalo inestimable; nos hace felices y nos llena de gozo que una hija de esta iglesia haya sido beatificada en este templo. Es un día inolvidable -dijo- y un hito en la historia de nuestra diócesis".
Posteriormente se desarrolló la liturgia de la palabra y la liturgia eucarística, seguida de la comunión y del rito de despedida. Como canto final de la ceremonia, todos los presentes entonaron el himno a la Virgen de Begoña, patrona de Vizcaya. Margarita María López de Maturana nació en 1884 en el Casco Viejo de Bilbao con el nombre de Pilar y en su adolescencia fue internada en un colegio que unas monjas mercedarias tenían en Berriz donde pronunció sus votos con 19 años, según la biografía facilitada por el Obispado de Bilbao.
El origen de su vocación misionera se concreta en 1919 cuando dos misioneras en China e India visitaron el convento de Berriz. El 19 de septiembre de 1926 salió de dicho convento el primer grupo de misioneras hacia Wuhu (China) y el 23 de mayo de 1930 se cumplió "el sueño" de la religiosa de transforma el convento de clausura en un instituto misionero.
La monja misionera dio dos veces la vuelta al mundo y murió el 23 de julio de 1934, dos días antes de cumplir 50 años. Diez años después de su muerte comenzó en la Diócesis de Vitoria el Proceso Ordinario Informativo para su Causa de Beatificación.
El 16 de marzo de 1987, Juan Pablo II la proclamó Venerable y el pasado 28 de abril, el Papa Benedicto XVI firmó el decreto que dio paso a la beatificación. En la actualidad, las Mercedarias Misioneras de Berriz son sesenta en dicho municipio y medio millar repartidas por el todo el mundo
Fuente:Deia.com
Fotos: El Correo digital
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