Los honores y distinciones que el Ayuntamiento de Gijón otorga desde 1866 han recaído en entidades y nombres ilustres, que han tenido gran relevancia no sólo a escala regional, sino también en el ámbito nacional. A lo largo de su historia, el Consistorio gijonés ha nombrado alcaldes honorarios de la ciudad, en el año 1925, al rey Alfonso XIII y a Victoria Eugenia, abuelos del rey Juan Carlos. En 1931, esta distinción recayó en Pío Díaz Pradas, alcalde de Jaca, considerado el primer alcalde republicano de España. El Ayuntamiento de Gijón nombró alcalde honorario en 1939 a Francisco Franco Bahamonde, que también recibiría ese mismo año la distinción de hijo adoptivo de la ciudad, y posteriormente, en 1962, la medalla de oro de Gijón. La última concesión del reconocimiento como alcalde honorario recayó en 1951 en la Virgen de Covadonga.
La primera distinción como hijo predilecto de la ciudad de Gijón data de 1907 y recayó en Faustino Rodríguez San Pedro, que ocupó, entre otros cargos, el de alcalde de Madrid. Hubo que esperar 42 años para que se volviese a nombrar a un hijo predilecto de la villa, en esta ocasión la distinción fue para Dionisio Cifuentes Suárez. La lista de hijos predilectos la completan Nicanor Piñole Rodríguez (1963), Torcuato Fernández-Miranda y Hevia (1966), Marcelino García Rubiera (1968), Fermín García-Bernardo y de la Sala (1992), Orlando Pelayo Entrialgo (1992), Aurelio Menéndez Menéndez (1994) y Arturo Fernández Rodríguez (1994). El primer hijo adoptivo de Gijón fue, en 1866, Victoriano Sánchez Barcaiztegui, capitán de fragata, héroe en la guerra del Pacífico que España libró contra Bolivia, Perú y Chile durante 1866. Entre los distinguidos con el reconocimiento de hijo adoptivo de la ciudad, se encuentra Felipe de Borbón y Grecia. El Príncipe de Asturias recibió dicha distinción en 1991.
Fuente:La Nueva España