A continuación, CANARIAS7 reproduce el pasaje del editorial de El Día alusivo a los supuestos desequilibrios entre islas, donde se plantea esa modificación del escudo:
"Los políticos han saltado a la arena electoral para batirse en duelo entre sí en aras de mantener las cómodas poltronas del poder o de acceder a ellas, en el caso de quienes reposan en la actualidad en escaños opositores. Los tinerfeños, los canarios, no nos debemos dejar engañar por falsas promesas ni por discursos también falsos y vacíos de contenido. Al contrario, tenemos que exigir programas y buenos gestores, hombres y mujeres de bien, en definitiva, que luchen por el desarrollo y el progreso, por la calidad de vida de cuantos habitan en las Islas, sin obviar, claro está, el equilibrio insular y la justicia. Restituyendo además, los símbolos, título y orden falsificados intencionadamente para favorecer a otra isla que, además es la tercera en el conjunto del Archipiélago. No sólo los símbolos, títulos y orden para favorecer a una sola isla, que, además, es la tercera. Tendrán ante sí la posibilidad de corregir los graves errores cometidos en el pasado y recientemente con Tenerife y su provincia, que debió soportar expolios de todo tipo, agravios comparativos en lo referente a inversiones públicas e injusticias sociales que no han hecho sino agrandar el pleito insular.
Los tinerfeños, en particular, y todos los canarios, hemos de acudir de manera masiva a las urnas el próximo 27 de mayo para expresar un sentir político y para aupar a la mejor opción, a aquellos que de verdad se interesarán por los problemas del pueblo y por el sentimiento de los isleños. Hablamos de los insularistas. No nos fiamos de encuestas tergiversadas ni de siglas fanfarronas que actúen al dictado de Madrid o de Las Palmas, pero sí nos encomendamos a los partidos insularistas defensores de la esencia de cada una de las Siete Islas, con Tenerife como pieza básica, fundamental. Los canarios deben elegir entre enviados de la "metrópoli" obsesionados solamente con el devenir de la tercera isla y sus ansias peligrosamente hegemónicas, o con infiltrados canariones o procanariones empecinados en derrotar a Tenerife para que no se mantenga como el motor del Archipiélago, y entre personas justas que pugnen por la paz y la convivencia de los canarios. Tenerife es la isla mayor, la más poblada, la de mayor peso específico, la de mayores atractivos naturales y la histórica capital de la provincia única de Canarias, hoy comunidad autónoma, valores que no pueden pasar desapercibidos a la hora de acudir a emitir los sufragios. Lo reafirmamos porque anhelamos lo mejor para Tenerife y los tinerfeños, para todos los canarios. Ojo con los partidos de corte estatalista con mando en y desde Las Palmas. Si nos descuidamos, un día amaneceremos con la capital única allá y con Santa Cruz convertida en un mero satélite de Canaria, la tercera isla.
TENERIFE y el resto de las Islas deben crecer sin parar en los contextos nacional, europeo y mundial. Para ello, se precisa que el Gobierno del Estado nos dote de mayores posibilidades de autogobierno y que nos deje de mirar por encima del hombro, como si fuéramos "súbditos" inferiores o indígenas. Hay que evitar que broten en las Islas ansias independentistas, porque nadie puede negar que cada vez nos hacen sentir más lejos del territorio peninsular. Decíamos el domingo pasado que Madrid, con los votos socialistas y populares, están negando a Canarias su derecho al autogobierno dentro de los límites de la Constitución y de las normativas europeas. Si la insularidad y la ultraperiferia son las piedras de toque de la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía, ¿por qué no aprobarla ya y acompañarla con una Lotraca que transfiera de urgencia las competencias reclamadas? Insistimos, el autogobierno implica el compromiso de tener un poder público eficaz que dé respuesta a los ciudadanos y que además sea capaz de integrar las responsabilidades insulares. El Estado va a conseguir, si no se da luz verde a nuestra Carta Magna, que los canarios pierdan interés por el Estatuto y que se sientan más lejos aún de Madrid y más cerca de la otra autonomía. Es decir, de la independencia.
LLEVAMOS MESES insistiendo en que todavía queda tiempo para corregir las bases de un Estatuto de Autonomía que se traducirá en progreso para los canarios gracias a la asunción de competencias y al incremento de la capacidad de autogobierno. Pero es preciso, insistimos, corregir las tres grandes mentiras que contiene el reformado Estatuto de Autonomía: la relación de islas que componen la Comunidad Autónoma, reflejada en el texto por orden alfabético, de manera que a la mayor y la más importante, Tenerife, se la cita, de forma absurda, en último lugar; el epíteto "gran" para la isla de Canaria, que crea confusión sobre la identidad de Canarias en el exterior; y el escudo oficial de la Comunidad, que hace poco se ha modificado para igualar el tamaño de las siete islas, eliminando la representación tradicional de Tenerife en la base, a mayor escala y con el pico del Teide bien ostensible.
En lo relativo al escudo, al igual que un día, no hace mucho, nos igualaron, con alevosía, el tamaño de las siete islas, el gobierno que se configure tras las elecciones debe incrementar la longitud y altura de Tenerife, la isla mayor, porque, además de corresponderle, otorgaría mayor vistosidad al propio escudo. Debemos reaccionar para evitar que Las Palmas se convierta en la capital única del Archipiélago, como pretenden los canariones, ahora a través de quien ha venido de un alto puesto en la "metrópoli" para capitanear el proyecto que ya está ahí, en mayo de este año, y para que sea Tenerife y no Canaria, la tercera isla, el eje del progreso de las Afortunadas".
Fuente:Canarias7