viernes, septiembre 29

Entierro de madre del último zar restaña heridas de la historia


Un grupo de guardias de honor rusos y daneses trasladan el féretro que contiene los restos de la emperatriz Maria Fiodorovna, en la catedral de San Petersburgo, Rusia, principal ciudad rusa y antigua capital imperial. Los miembros de la realeza danesa, así como otros representantes de monarquías europeas acudieron a San Petersburgo al funeral de la que fue madre del último zar de Rusia, Nicolás, quien huyó a Dinamarca durante la Revolución Bolchevique de 1917. El zar murió en tierra danesa en 1928. La emperatriz ha podido ser enterrada junto al resto de los zares 78 años




'María Fiódorovna no sólo es la emperatriz rusa, sino el símbolo de miles de madres que perdieron a sus hijos y nietos, cuando peleaban en los dos bandos durante la Revolución Bolchevique', aseguró Nikolái Romanov, miembro de la dinastía imperial que detentó el poder en Rusia entre 1613 y 1917.


El féretro con los restos de la madre del zar Nicolás II fueron sepultados en una cripta en la Catedral de la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, donde se encuentra el panteón de los Romanov.De esta forma los restos de la emperatriz descansarán, como era su deseo, junto a los de su marido, Alejandro III, y su hijo, el último zar Nicolás II, fusilado por los bolcheviques junto a su familia en 1918.Al acto asistieron, entre otros representantes de las monarquías europeas, los príncipes Federico y Mary de Dinamarca, Constantino de Grecia, el príncipe Michael de Kent de Inglaterra y cerca de medio centenar de Romanov.
En su testamento, la emperatriz expresó su voluntad de ser sepultada junto a su esposo, y en junio del 2001 la Casa Real de Dinamarca autorizó la exhumación de sus restos en el cementerio de la catedral de Roskilde, en Copenhague, su ciudad natal.'El corazón de la emperatriz siempre permaneció en Rusia. Durante sus últimos años de vida en Copenhague se sintió como una emigrante', señaló esta semana Margarita II de Dinamarca.


El féretro
con los restos de María Fiódorovna llegó este martes en el buque de la Marina danesa 'Esben Snare' a la base naval rusa de Kronstadt procedente de la capital danesa.La ceremonia es un acto de 'justicia histórica' y permite restañar algunas de las heridas que Rusia lastra desde la guerra civil, en palabras de políticos y miembros de la Casa Real rusa, pero no cierra definitivamente esa página de la historia.La rehabilitación del último zar como víctima de la 'represión política' aún está pendiente en los tribunales, mientras el ministro de Cultura, Alexandr Sokolov, ha descartado la posible restitución de los bienes de los Romanov expropiados por los bolcheviques.


Los restos del último zar y su familia también fueron enterrados en la fortaleza de San Pedro y San Pablo en 1998, acto al que asistió el entonces presidente ruso, Borís Yeltsin.En cuanto al posible retorno de la monarquía a Rusia, el príncipe Nikolái Romanov aseguró que 'no hay alternativa a la democracia. Los rusos deben decidir por ellos mismos'.La ceremonia, en la que las autoridades locales se gastaron más de un millón de dólares, comenzó esta mañana en el suntuoso Palacio de Peterhoff, tras lo que el cortejo fúnebre se desplazó hasta la residencia de verano de los zares en 'Tsárskoye Seló' (Pushkin).


Seguidamente, el féretro fue trasladado a la Basílica de San Isaak, conocido como el templo de los Romanov, donde el Patriarca ortodoxo ruso Alexis II ofició un servicio religioso, al que asistieron varios centenares de personas.'Hoy, rendimos tributo a la memoria de la hija de la casa real danesa. María Fiódorovna dedicaba muchas energías a la beneficencia, era una hábil diplomática y toda una estadista', proclamó Alexis durante la homilía.


El entierro propiamente dicho en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo, a orillas del río Neva, fue acompañado por rezos del Patriarca por el alma de la emperatriz, que llegó a Rusia hoy hace 140 años para contraer matrimonio con Alejandro III (1845-94).Después de que los participantes en la ceremonia echaran sobre el féretro varios puñados de tierra traída especialmente de Dinamarca, los cañones de la fortaleza dispararon 31 salvas, que eran los años que tenía la emperatriz cuando desembarcó en Rusia.María Sofía Frederick Dagmara, hija del rey danés Christián IX y Louise Wilhelmina von Hessen-Kassel, nació en 1847 en Copenhague y se convirtió a la fe ortodoxa con el nombre de María Fiódorovna para contraer matrimonio con el entonces emperador ruso, Alejandro III.Tras el estallido de la Revolución en 1917, la zarina huyó a la península de Crimea, donde residió durante dos años acosada por el Ejército rojo, fracasadas las gestiones de varios monarcas europeos, entre ellos Alfonso XIII, para darles asilo a ella y a su hijo, detenido en la capital.En abril de 1919, un barco de la Marina inglesa logró sacar de Crimea a la emperatriz que, tras una breve estancia en Inglaterra, volvió a su país de origen, donde vivió sus últimos nueve años de vida.después de su muerte en el exilio.
Fuente:Terra.es

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