Millones de personas transitan diariamente en el Sistema de Transporte Colectivo Metro de la ciudad de México y dirigen su mirada a los glifos que indican el arribo a cierta estación, condición que demuestra cómo en pleno siglo XXI el uso de los símbolos nacionales, la toponimia prehispánica y la heráldica siguen rigiendo –aunque de manera inconsciente-- una parte muy importante de nuestra vida como remembranza de la identidad nacional.
En el mes patrio, el Seminario Permanente de Iconografía de la Dirección de Etnología y Antropología Social (DEAS) del INAH, ha dedicado su XI Jornada Académica a tratar el tema: Toponimia y heráldica, en el que se abordarán aspectos relacionados con las representaciones gráficas de urbes mesoamericanas o los escudos de la República Mexicana, entre otros.
Alrededor de 40 investigadores adscritos a diferentes dependencias del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se dan cita durante esta semana en el Auditorio del Museo de El Carmen para tratar tópicos como: La toponimia de los municipios de Hidalgo, El topónimo de Chalco, Toponimia animal en el estado de Puebla, El murciélago como emblemática de las ciudades mayas, El escudo nacional y, Los glifos del Sistema de Transporte Colectivo Metro como reminiscencia de toponimia prehispánica.
La doctora Beatriz Barba, coordinadora del Seminario, explicó que el principal valor de este encuentro que finaliza el 8 de septiembre es la conciliación de puntos de vista entre los especialistas, ahora en torno a la toponimia y la heráldica, con el objetivo de llegar a conclusiones válidas para todos, siempre mediante la argumentación y el conocimiento.
Explicó que la evolución de esta iconografía parte con la escritura prehispánica, la que empezó de manera tardía hacia el 700 - 900 a.C. y se afianzó en el siglo I de nuestra era, pero cada una de las culturas existentes en el territorio fueron atacadas con la llegada de los conquistadores españoles, destrucción que incluyó también a sus escritos.
"Solamente se conservan las representaciones que están en estelas o bajorrelieves, en pintura mural, todo lo que estaba en papel fue quemado porque los españoles imponían sus propia historia. De tal suerte que la sobreviviente es la mexica, la que nos deja códices y nos permite a través de ellos leer algunos símbolos que se pueden traducir hasta esta época.
"En el momento de la Conquista existía una escritura ideográfica, pero que ya tenía partes fonéticas; estaban a un punto de tener una mezcla muy interesante. Ya para el siglo XVI los códices poseen caracteres hispanos y delimitan el territorio, razón por la que varios de estos escritos son utilizados hasta el día de hoy para el reclamo de tierras por parte de pueblos indígenas de distintas regiones del país".
El próximo jueves 7 de septiembre Beatriz Barba hablará de Los escudos de la República Mexicana. Destacó que los escudos que hubo en la época virreinal, tenían elementos muy hispanos otorgados obviamente por los reyes, entre quienes destacó Carlos V por la entrega a manos llenas de esta heráldica a familias y lugares.
Con el transcurso del tiempo, algunas ciudades querían reflejar una mayor autonomía a través del cambio en algunos rasgos de su escudería. Así, iniciada la lucha de Independencia, se retomó --por ejemplo-- el rostro de Miguel Hidalgo o de José María Morelos, e incluso, "hay un escudo en el que se observa completa la figura de Morelos montando a caballo.
"Los escudos de los estados se modifican conforme la historia. Curiosamente llegamos al momento en que territorios no considerados estados como Baja California y Quintana Roo, hacen sus propios escudos con ideas modernistas, históricas, revolucionarias. La evolución de los escudos de los estados responde a la historia de México".
Sobre la permanencia y presencia de los símbolos, en específico de la toponimia, dijo que no se trata de un asunto exclusivo de México. "Al contrario, siempre tendemos a rechazar lo indio, a pesar de poseer una historia tan rica que habría que repasar. En todos los pueblos del mundo la historia no olvida, tiende a recordar los orígenes de los pueblos.
"En México es muy interesante lo que hace el Metro, esta idea de retomar el glifo prehispánico. Creo que muchas veces no sabemos lo que significa y lo pone ahí como recordatorio de que en esas inmediaciones era el sitio de tal, las cualidades que tenía ese lugar, el por qué era distintivo Chapultepec, Coyoacán, Tacuba.
"También en el inicio de las calles de la colonia Roma, que llevan el nombre de ciudades del interior de la República, se ven azulejos sobre los que está pintado el glifo prehispánico del lugar y su significado. Los símbolos son todo, todo es significado, y de alguna manera siempre estamos rodeados por ellos", concluyó.
Fuente:La Opción
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