lunes, enero 22

López Aguilar inicia su precampaña sin idea inmediata de dejar de ser ministro

El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, escenificó el pasado viernes el que es el segundo de sus mítines como candidato a la presidencia de Canarias. La apertura de la precampaña vino acompañada ayer de la ausencia de noticias sobre su cese en el Gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, que, según el propio ministro y candidato socialista, tiene ya una fecha, que se negó a desvelar. El ministro canario había anunciado hace veinte días su intención de permanecer al frente del Ministerio de Justicia hasta el mes de abril, es decir, un mes antes de las elecciones a las que concurre como candidato en su tierra natal.

Su reiterada reticencia a abandonar el cargo ministerial ha cosechado hasta la fecha críticas unánimes de sus adversarios políticos, que consideran que el ministro hace uso de sus funciones como tal, para promocionarse como candidato.

Desde que su involuntaria candidatura fuera hecha pública, Ferraz ha promovido la imagen de López Aguilar en diversos actos que, a priori, protagonizan normalmente otros compañeros de Gabinete.

El ministro omnipresente
En noviembre de 2006, el candidato socialista fue designado por el Gobierno como su ministro de Jornada, para realizar una gira conmemorativa de la primera visita de un rey español a Canarias. Durante los cinco días que transcurrió la visita de Sus Majestades los Reyes, Aguilar acompañó a la comitiva por las siete islas, siendo esta la primera ocasión en que un ministro de Justicia se ocupaba de tales funciones.

La tensión creada por la doble condición de López Aguilar alcanzó su punto álgido a principios de diciembre del pasado año, cuando la presidenta en funciones del Gobierno de Canarias, María del Mar Julios, abandonó un acto en el que fue invitada para presidir y clausurar, ante la negativa de López Aguilar a ceder el puesto principal a la representante del Gobierno de Canarias.
Lo cierto es que, por un error en la organización, ambos habían recibido idéntica invitación. Pero el ministro se presentó en el acto a sabiendas de la confusión; portando el Real Decreto que regula el ordenamiento general de precedencias en el Estado, que establece que «sólo pueden delegar sus funciones el presidente del Gobierno de España y el Rey».

En el transcurso de una conversación informal, uno de los adversarios políticos de López Aguilar se lamentaba ante ABC de «no poder enorgullecerse plenamente del noble gesto de un ministro español, porque se hace un evidente uso electoral del mismo». Se refería el político nacionalista al incidente protagonizado por López Aguilar en Riad, capital de Arabia Saudí, donde canceló una comparecencia ante la negativa de la Universidad islámica Imam de permitir la entrada de las mujeres periodistas que acompañaban al ministro en su gira por aquel país.

Dudas en sus propias filas
La doble condición de López Aguilar tampoco resulta cómoda a los propios socialistas canarios. Un importante sector del PSC-PSOE considera que el candidato está perdiendo un tiempo de oro para ocuparse plenamente de intentar ganar las elecciones de mayo en Canarias, al estar en su tierra únicamente los fines de semana.

López Aguilar es un político bastante conocido y considerado en su provincia natal, Las Palmas, pero el socialismo tinerfeño teme por su proyección en la provincia occidental de Canarias, que ha sido históricamente la que ha proporcionado al PSOE la gran mayoría de sus apoyos en Canarias.

Es esta situación la que hará que el ministro, como insinuó ayer, acceda a dejar su cargo en el Gobierno antes de la fecha que en principio anunció: abril de 2007.
Otro de los inconvenientes que sus propios compañeros de Canarias ven a su designación es la nula experiencia que el ministro tiene en política regional, ya que ha desarrollado su carrera política fundamentalmente en Madrid, y la incógnita sobre su permanencia en las Islas en caso de que su partido no consiga hacerse con el gobierno de Canarias.

La irrupción de López Aguilar en una tierra donde el la formación de gobierno ha precisado de pactos desde las primeras elecciones democráticas, le deja además una sola alternativa, a priori, para ser presidente de Canarias: ganar por mayoría absoluta.

Su entrada ha incomodado a los otros dos grandes partidos de Canarias PP y Coalición Canaria, que como el propio ministro advertía ayer, muestran «gestos nada disimulados de aproximación». Su pacto con unos y otros se antoja muy difícil.
Fuente:ABC