Subiendo por la carretera de acceso al palacio de Marivent, a unos 100 metros a la izquierda, se levanta un pequeño palacete desconocido para el gran público, llamado La Masía. Allí tiene su sede en la sombra un reducido equipo de altos cargos y funcionarios de Zarzuela -no más de una docena-, que acompañan a los Reyes y su familia a Mallorca, permitiendo que la maquinaria de la Corona no se detenga.
Su definición mas gráfica sería la de corte sin corbata, por aquello de que el protocolo se relaja bastante. Así, mientras que en la Zarzuela se cumple la norma de ir al trabajo con traje y corbata, en Marivent se les permite acudir al despacho en mangas de camisa y pantalón.
A esta licencia en la indumentaria se une el que entre los altos cargos que integran esta corte no esté presente, al menos permanentemente, el jefe de Protocolo de Zarzuela, Alfonso Sanz Portolés. Salvo en ocasiones puntuales, acude a finales de agosto a preparar la recepción que los Reyes ofrecen en el palacio de la Almudaina a las autoridades mallorquinas. Supone el fin del veraneo real, aunque Don Juan Carlos y su familia suelen permanecer en Marivent hasta principios de septiembre.
De los siete responsables de otros tantos departamentos que integran el organigrama de la Casa Real, se desplazan a Marivent, además del jefe de la casa, Alberto Aza -que se turna con el secretario, Ricardo Díaz Hotchleiner-, el responsable de prensa, Juan González Cebrián; el jefe de seguridad, Manuel Barros; y el director del departamento de planificación y coordinación, coronel Domingo Martínez Palomo.
El resto acude cuando es necesario. El único de estos cargos que permanece todo el verano sin hacer turnos en Marivent es Domingo Martínez Palomo, quien se lleva a dos miembros de su equipo, y un ayudante. Es un departamento clave, pues recibe las peticiones de actividades para la Familia Real además de coordinar viajes y encargarse de las compras y del correo.
La correspondencia es muy importante. Por eso, dos funcionarios pasan el verano yendo y viniendo en avión a Madrid para recoger las cartas que transportan en una valija. Así todo el verano.
Aparte del personal citado, a Marivent se trasladan también cuatro administrativos que realizan funciones de secretaría, además de un escribiente o ayudante de prensa. El Príncipe tiene también a su disposición a todos estos funcionarios y altos cargos.
Este escenario, marcado por lo reducido del equipo y cierto relajo protocolario, da una imagen bastante aproximada de lo que en Zarzuela denominan «modelo propio de vacaciones del Jefe del Estado». Esto significa que, mientras otros monarcas echan la llave de sus palacios y desconectan totalmente, en España la actividad de la Corona no se para.
Por ejemplo, entre regata y regata, Don Juan Carlos viajó el lunes pasado a Marruecos para almorzar con el Rey Mohamed VI.Asimismo, ha recibido al ministro de exteriores, Miguel Angel Moratinos. Mañana mantendrá la primera de sus dos audiencias veraniegas con el presidente Zapatero, que acudirá con su mujer, Sonsoles. Por la noche los dos matrimonios cenarán juntos.
La moda de llevar a la esposa a Marivent la implantó Aznar con Ana Botella, quien mientras se celebraba la audiencia, se escapaba a la peluquería Llongueras de Palma para estar bien peinada en la cena con los monarcas. También se prevé que esta semana el Rey reciba al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall.Por su parte, el Príncipe tenía en agenda cruzar dos veces el charco: el jueves, 26 de julio, viajó a Perú para asistir a la toma de posesión de Alan García, y el próximo domingo, 6 de agosto, volará a Colombia, donde renueva cargo Alvaro Uribe.
Además de estos actos, el Rey y el Príncipe mantienen en Mallorca encuentros privados con políticos y fuerzas vivas, sobre todo de Baleares. Sin contar que, como la agenda de la Familia Real se prepara con antelación, en agosto hay que perfilar los compromisos del otoño, con lo cual a esta corte de Marivent no le queda tiempo para disfrutar del verano mallorquín.
Además de acumular más funciones, este equipo, dados los problemas de espacio que existen en el palacio de Marivent, se mueve en una peculiar mezcolanza. La razón es que en La Masía, la cúpula de la Zarzuela y su equipo de administrativos comparte espacio con una zona de servicio donde se encuentra la lavandería del palacio, el cuarto de la plancha y el tendedero.
La corte de Marivent se adelanta siempre a la llegada de los Reyes, y salvo los responsables de la casa, viaja en un vuelo anterior. En este avión viajan también la treintena de escoltas que protege el veraneo regio, así como la regidora de la Zarzuela, Rosario Mateo, y un reducido equipo de servicio doméstico de los Reyes, como el cocinero-jefe, Antonio Paredes, el ayuda de cámara del Monarca, Jesús Gracia -Don Juan Carlos y el Príncipe tienen cada uno dos mayordomos, que se turnan- y las dos doncellas personales de la Reina.
Los altos cargos, que van con gastos pagados, se alojan en hoteles de cinco estrellas. El resto van a hoteles de cuatro, con derecho a desayuno o media pensión y perciben dietas. Cada mañana les recogen los automóviles oficiales de la Zarzuela, marca Peugeot, para llevarles a Marivent. Los directores de departamento tienen allí su coche oficial con chófer, y los administrativos son trasladados en grupo también por coches oficiales que, al acabar la jornada, les devuelven a su hotel.
El Rey, cuando no tiene regata, pasa la mañana trabajando en su despacho de la primera planta de Marivent, en cuyas paredes cuelgan cuadros de Miró y Ramón Canet, que delatan su afición por la pintura contemporánea. Allí despacha con el jefe de su casa, aunque alguna vez, es el propio Monarca quien se acerca paseando a La Masía. El despacho de Alberto Aza está en la planta primera del chalé, la zona noble donde también se ubica el de Martínez Palomo. Hay además un salón comedor y una cocina, atendida por un camarero que sirve a media mañana un aperitivo. En la segunda planta está el ala de prensa, y hay un dormitorio que suele ocupar el ayudante de campo suplente -el Rey lleva a Palma tres de sus ocho ayudantes-, pues el que está de turno duerme en el palacio. En el sótano se ubican los despachos de secretaría, y la zona de servicio.
Los únicos miembros del personal que pernoctan en Marivent son los escoltas que se desplazan con la Familia Real. Están instalados en barracones junto al helipuerto y duermen en habitaciones con literas. Su misión es pegarse a ellos como sellos, lo que en vacaciones, da lugar a situaciones cómicas: por ejemplo, ver a la Infanta Cristina en bicicleta por los alrededores de Marivent seguida por los coches de escolta.
Salvo imprevistos o actos ya programados, la tarde suele ser un poco más relajada en la vorágine de La Masía. Incluso hay días que los jefes aprovechan para irse un poco antes, aunque permanecen siempre con el teléfono móvil conectado. Los más jóvenes cuentan impacientes los minutos que quedan para ir a la playa o salir a tomar copas por Palma. Hace un par de veranos, alguno tuvo la idea de cambiarse y ponerse un pantalón corto, saliendo de esta guisa de Marivent. Enseguida se le dio un toque de atención, y este tipo de prendas quedó totalmente prohibida en el recinto.Como apostilla uno de estos funcionarios: «Al fin y al cabo estamos donde estamos. Una cosa es que no llevemos corbata, y otra que parezcamos los vigilantes de la playa».
Fuente: El Mundo
CONSUELO FONT / TERESA CRUZ / PABLO PARDO / FERRÁN VILADEVALL / M. M.
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