Esta mañana, durante un acto celebrado en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, el Papa acogió al personal de la secretaría de Estado con ocasión del nombramiento del cardenal Tarcisio Bertone, S.D.B., hasta ahora arzobispo de Génova (Italia), como nuevo secretario de Estado, que releva en el cargo al cardenal Angelo Sodano.
El cardenal Sodano, que el 1 de diciembre de 1990 fue nombrado por Juan Pablo II secretario de Estado en sustitución del cardenal Agostino Casaroli, dirigió al principio unas palabras.
"Hoy -dijo dirigiéndose al Papa- más que a mí, habría que dar las gracias a los que me han ayudado en estos años. En concreto, ha sido preciosa la colaboración de los sucesivos sustitutos para los Asuntos Generales, los arzobispos Re y Sandri, así como de los secretarios para las Relaciones con los Estados, los arzobispos Tauran y Lajolo. Todos juntos, hemos podido realizar un trabajo en equipo, con un gran sentido eclesial que nos ha unido en el servicio, primero alrededor del venerado Juan Pablo II y ahora junto a usted".
El purpurado terminó agradeciendo la labor de los colaboradores de la secretaría de Estado y de los miembros de las representaciones pontificias esparcidos por el mundo.
Posteriormente, en un breve saludo dirigido al Santo Padre, el cardenal Bertone manifestó la esperanza de que la experiencia del pasado contribuya "al desarrollo de la tarea que hoy asumo. Soy consciente -aseguró- de la gran responsabilidad que esto conlleva, así como de la importancia y de la complejidad de las cuestiones que tendré que afrontar cotidianamente. La única ambición que nutro es la de realizar el lema de mi servicio episcopal: "fidem custodire, concordiam servare".
"La comunión profunda que nos une en el deber que compartimos al servicio de la Iglesia y por tanto de la dignidad humana y de la convivencia pacífica entre los pueblos, tendrán que traducirse -dijo- en una colaboración leal y fiel, reforzada por muchos de nosotros por el espíritu sacerdotal y por la caridad pastoral que debe animarnos siempre en nuestras actividades".
El cardenal Sodano, que el 1 de diciembre de 1990 fue nombrado por Juan Pablo II secretario de Estado en sustitución del cardenal Agostino Casaroli, dirigió al principio unas palabras.
"Hoy -dijo dirigiéndose al Papa- más que a mí, habría que dar las gracias a los que me han ayudado en estos años. En concreto, ha sido preciosa la colaboración de los sucesivos sustitutos para los Asuntos Generales, los arzobispos Re y Sandri, así como de los secretarios para las Relaciones con los Estados, los arzobispos Tauran y Lajolo. Todos juntos, hemos podido realizar un trabajo en equipo, con un gran sentido eclesial que nos ha unido en el servicio, primero alrededor del venerado Juan Pablo II y ahora junto a usted".
El purpurado terminó agradeciendo la labor de los colaboradores de la secretaría de Estado y de los miembros de las representaciones pontificias esparcidos por el mundo.
Posteriormente, en un breve saludo dirigido al Santo Padre, el cardenal Bertone manifestó la esperanza de que la experiencia del pasado contribuya "al desarrollo de la tarea que hoy asumo. Soy consciente -aseguró- de la gran responsabilidad que esto conlleva, así como de la importancia y de la complejidad de las cuestiones que tendré que afrontar cotidianamente. La única ambición que nutro es la de realizar el lema de mi servicio episcopal: "fidem custodire, concordiam servare".
"La comunión profunda que nos une en el deber que compartimos al servicio de la Iglesia y por tanto de la dignidad humana y de la convivencia pacífica entre los pueblos, tendrán que traducirse -dijo- en una colaboración leal y fiel, reforzada por muchos de nosotros por el espíritu sacerdotal y por la caridad pastoral que debe animarnos siempre en nuestras actividades".
Fuente: Vaticcan Information Service y Diario de León
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