La bandera de Mallorca no quería ondear. La izada de la senyera tuvo que sortear alguna que otra dificultad antes de culminarse con éxito. Todo iba sobre ruedas hasta que la tela llegó a la parte más alta del palo, momento en que los pliegues de la bandera se pegaron de manera que, pese a todos los esfuerzos llevados a cabo por parte de los responsables de protocolo, fue imposible que ondeara hasta un minuto más tarde.
El encargado de tirar del cordel y alzar la senyera fue un niño de 10 años, que haciendo gala de la sinceridad que caracteriza siempre a los más pequeños, confesó que había sido elegido porque su padre «trabaja en el Consell».
La izada de la bandera contó con acompañamiento musical. El grupo Joch de Ministrils interpretó el himno mallorquín, La Balanguera. En esta ocasión, los instrumentos elegidos para hacer sonar la canción fueron los más folclóricos: el flabiol, la xeremia y el tamborí. Otras veces, habitualmente en actos más solemnes, se ha optado por un arreglo orquestal.
Otra de las anécdotas de la jornada fue la protagonizada por la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, y el vicepresidente del Consell y candidato a la Alcaldía de la capital balear por Unió Mallorquina (UM), Miquel Nadal. Ocurrió cuando la primera edil, ni corta ni perezosa y sin atender al enfrentamiento existente entre ambos, se puso a abanicar a Nadal para quitarle el calor.
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