El colorido jersey que lució el presidente boliviano, Evo Morales, con motivo de su visita institucional a España, es probable que sea confortable y de buena calidad, pero una aberración para el protocolo. «Fue una intolerable falta de respeto a las instituciones, muestra de la decadencia del indigenismo», sentenció ayer Felio Vilarrubias, director honorario de los cursos de Protocolo de la Universidad de Oviedo, en La Granda.
En su opinión Evo Morales, como representante del pueblo boliviano, tiene la obligación de vestirse de acuerdo con las leyes del país que visite. Y añadió: «Si yo hubiera sido el Rey de España, no le habría recibido». En su charla, Vilarrubias se refirió a la importancia del protocolo en el mundo globalizado, e hizo ver que no es necesario irse a Bolivia para encontrar injustificables desobediencias al protocolo: no quedó muy bien parado el consejero de Justicia, Francisco Javier García Valledor, por su manifestado rechazo a la corbata. «Es un problema de educación o de formación. Cuando uno coge un cargo a él se debe; hay una adecuación en la presentación en cuanto al cargo. El consejero de Justicia no puede presentarse de esa forma, y lo hace por actitud política, es un error gravísimo de tolerancia, ya que se confunde el protocolo de partido con el del cargo que tiene».
Vilarrubias también tuvo un tirón de orejas para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por hacer ostentación de su ausencia en la misa que ofició el papa Benedicto XVI en Valencia. «Bastaba con no ir, sin necesidad de decirlo. Es un ejemplo de actitud contestataria que no se puede admitir en el protocolo. Estas manifestaciones no las debe de hacer nunca un político, en este caso por respeto a quienes sí van a misa», afirmó. La ausencia de algunos cargos en actos religiosos puede llegar a la grosería, dependiendo del tipo de ceremonia. «No asistir al funeral de otro concejal de la Corporación es de muy mala educación, igual que faltar a la fiesta patronal del Ayuntamiento», insistió. Este experto en protocolo advirtió que una persona, al aceptar un cargo público, tiene que aceptar también las normas del juego. Todos estos «boicots» al protocolo son sólo la punta del iceberg de una sociedad que prescinde cada vez más de los formalismos. «Una sociedad sin normas de educación social, sin brújulas que señalen un Norte, significa caer en un mundo plenamente material», advirtió Vilarrubias.
El conferenciante arremetió contra las actitudes sociales que premian lo veo. «Protocolo es el cuidado de los sentimientos, la fidelidad a las raíces. Nuestros políticos inventan atuendos o actitudes falsas, y encubren un intento del retorno a la caverna, destruyen lo más sagrado que le queda al hombre del siglo XXI».
Vilarrubias, finalmente, al hablar de los problemas que supone para el protocolo tener que moverse en un ámbito cada vez más globalizado, puso de ejemplo la liturgia de la Iglesia católica en países no europeos. «En los países africanos la Iglesia ha aceptado que se vaya a comulgar bailando, porque les hace felices, y en la India en lugar de incienso se echan pétalos. La globalización no tiene por qué ser vulgarización de las costumbres», advirtió.
Fuente:lne.es
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