lunes, agosto 21

La corona de la Patum provoca una polémica de los símbolos

Vivimos una época de polémicas sobre los diversos símbolos, sean heráldicos o menos tradicionales, desde las barras que deben ir en los cuarteles del escudo de la Ciudad de Barcelona a si los anxenetas deben llevar casco protector o ir a pelo, todo es discutible y opinable. Motivos para la polémica no faltan. No hablemos sobre si hay que trasladar el coro de la Catedral de Barcelona o acabar de construir la Sagrada Familia o dejarla como quedó, en 1926, a la muerte de Gaudí. En el fondo, las polémicas de tipo estético, gustan al personal.

Entre los diversos muñecos que desfilan en la Patum de Berga, destaca un águila o àliga de redondeado volumen ya que está en trance de andar sobre sus dos patas y no de volar. Desde hace tiempo los diversos heraldistas y sus seguidores no se ponende acuerdo en simla corona que calza el águila en su cabeza es ducal y condal. La cosa tiene su busilis ya que ducal es más que condal y los partidarios de enfatizar la importancia del animalito siempre votarán por la corona ducal que supone dos grados por encima de la condal, recordemos nuestros estudios históricos, cuand se nos daba el escalafón de los nobles, de menor a mayor...barón, vizconde, conde, marqués, duque, archiduque y príncipe...Tienen la última pañabra los heraldistas y con ellos se podría actualizar el viejos chiste de los vascos: un vasco, una boina; dos vascos, una apuesta; tres vascos, un orfeón. Aquí se podría decir dos heraldistas, una polémica.

Los tradicionalistas se deben inclinar por el hecho de que la mayor jerarquía a este lado del Ebro fueron los Condes de Barcelona. Todos esgrimen páginas y tratados de diccionarios y documentos de heráldica. Los más puristas han encontrado unas reglas heráldicas del siglo XVII que prescriben coronas de oro y que las de máxima representación cuando correspondían a una ciudad -título que le fue otorgado a Berga, en su día- debían de ser ducales. También se fijaban adornos y otros elementos que debían de llenar los florones.

Algunos, añaden que, siguiendo esta normativa, la corona representativa de Berga -en el caso de la simbólica águila de la Patum- debería ser de oro. Cierto es que las polémicas no guardan proporción con la importancia del argumento.
Fuente:ABC.es

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