Pasaban los minutos y la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega no llegaba. En el acuartelamiento de Montequinto, en Sevilla, se celebraban, de forma anticipada los actos centrales del día de la patrona de la Benemérita, la Virgen del Pilar. Todo estaba preparado desde una hora antes del momento en el que estaba previsto el comienzo de los actos oficiales, las 12.30.
La formación de los agentes estaba inmóvil y todos dispuestos para que les pasaran revista. Según han informado a El Confidencial Digital algunos de los asistentes, De la Vega se retrasó más de una hora sobre el horario previsto con el consiguiente enfado y malestar de muchos de los agentes que llevaban formados desde las 11.30.
Retraso casi injustificable, explican, puesto que el traslado de autoridades siempre tiene preferencia ante cualquier otro desplazamiento. De la Vega había asistido previamente a un acto con motivo del Día Mundial de la Mujer Rural en el Palacio de Exposiciones y Congresos de la ciudad.
Pero el estupor de algunos no quedó ahí. La sorpresa fue mayúscula cuando se dieron cuenta de que, mientras pasaba revista a la formación, se “olvidó” de los Grupos Rurales de Seguridad que también formaban parte de ella. Antes de concluir el paseo, la vicepresidenta dio media vuelta y se dirigió hacia el lugar destinado a las personalidades.
Guardias civiles consultados por ECD consideran este descuido casi imperdonable, puesto que si la vicepresidenta no conoce cuál es el recorrido que debe de hacer sí lo tienen que tener claro sus asesores y responsables del acuartelamiento.
La primera vez que la vicepresidenta pasó revista a unas tropas fue en el mes de febrero, en la Brigada de Infantería Acorazada Guadarrama XII, con base en El Goloso, Madrid. Allí fue de la mano del entonces ministro de defensa, José Bono. No hubo incorrecciones.
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