miércoles, junio 21

“Adelantaos unos a otros en respeto”

Por Ana María Fava
Especialista en RR.PP y ceremonial


Imaginemos esos días en el Egipto de los Faraones, mañanas cálidas, el trinar de las exóticas aves, despertando al mandatario y un séquito de sirvientes que lo ayudaban a bañarse en aguas sagradas, para luego ataviarlo con sus lujosas vestiduras, pintarle el rostro y permitirle que tomara posesión de su condición de Faraón – Dios, para decidir los destinos de la tierra del Nilo y el espíritu de sus súbditos. Ceremonias de esta rigidez enmarcaban toda la existencia de quienes reinaban Egipto, durante todos los días de su vida, sin descanso, y también los de su muerte.
En China, en cambio, el ceremonial regía no sólo para los emperadores, también para el pueblo, que debía manifestar su enojo o angustia siguiendo reglas que eran reflejo fiel de su poder de autocontrol y educación.
¿Quién puede recordar, cuando una pena ahoga nuestro corazón, seguir ciertos rituales, como dar saltos para aliviar el espíritu y purgar así el dolor?. Tal poder de control regía al pueblo a fin de mantener un equilibrio justo y adecuado entre el respeto a sí mismo y el respeto a los demás.Y en esta máxima deriva el origen real de esta disciplina, lejos del rigor de las ceremonias antiguas, su esencia se resume en el respeto. Respeto que ordena las acciones de los hombres, evita las querellas y discusiones, pone su acento en los aciertos y diluye los equívocos, acerca a los hombres alejando las controversias, entiende el espíritu apesadumbrado de los mortales y honra a quienes nos visitan o nos dejan.Por ello el ceremonial sigue vigente y hoy más que nunca.
La celeridad de los cambios y el acortamiento de las distancias, crean la necesidad de relacionarnos, inspirando a las personas a conocer las costumbres, idiosincrasia y cultura de aquellos con quienes, más tarde, nos vamos a comunicar. En el pasado cuando los encuentros no eran frecuentes, pero sí directos, donde los teléfonos, celulares, Internet, y demás, eran elementos de novelas de ciencia ficción y aun antes, las personas ponían especial cuidado en las maneras de tratar al otro, haciendo énfasis en los “buenos modales”. Tender la mesa con la vajilla y utensilios correctamente ubicados, sentarnos y comportarnos adecuadamente a la situación, vestirnos de acuerdo con la ocasión, el uso del luto y su respeto, las normas del cortejo, la romántica “solicitud de mano” y una vasta lista de rituales, que se hacían carne en el andar cotidiano; fueron pasando de moda y quedaron obsoletos, olvidados cuán trastos en un desván. Pero lo clásico siempre tiene vigencia, y de a poquito, esos formalismos se fueron despolvando y hoy están presentes, más que antes, porque ahora tienen “vigencia de ley” para todos los que actúan en la vida social de la comunidad y no desean demostrar falta de educación y decoro.
SIGNIFICADO. En la vida pública, su existencia es vital, desde la ubicación correcta de autoridades, pasando por el orden de los discursos, y siguiendo por el tratamiento de los símbolos patrios y la forma de redactar correspondencia protocolar. En el plano institucional–empresarial, el ceremonial asegura el ambiente donde se desarrollan las relaciones entre las personas, se negocia, se contrata, se trabaja para ganar-ganar. Y socialmente, el ceremonial se expresa en su forma más exquisita, desde el comportamiento en la mesa, la recepción de los invitados, la oratoria y la vestimenta acorde con la reunión, los tiempos y lugares. Y así, esta disciplina que nació en los albores de los tiempos, se desarrolló; guió la vida y muerte de monarcas y dioses, fue brújula de héroes y mártires, perdió la batalla con la flexibilidad de las costumbres, Hoy, nos permite ser protagonistas de su resurgimiento, cual “Ave Fénix”, para instalarse en la sociedad y ordenar los comportamientos de millones de humanos que trabajan día a día para entender el mundo y ser parte de él.Así lo comprendieron también nuestros próceres de Mayo, agobiados por tantas responsabilidades y compromisos para con sus conciudadanos, tomaron un descanso en su marcha y establecieron los preceptos que nos regirían desde 1810; valga, hoy más que nunca, el reconocimiento a estos idealistas que con su sapiensa y equilibrio nos dieron libertad, gobierno propio y un futuro para hacerlo nuestro y hacerlo grande.Con motivo de celebrarse en la fecha el “Día Nacional del Ceremonial”, saludo especialmente a profesionales y alumnos que trabajan día a día con responsabilidad y solvencia en nombre de tan significativa disciplina.

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